324 toneladas de colillas de cigarrillo se recolectan anualmente en las calles de Bogotá.
La cifra pone en evidencia la falta de responsabilidad tanto de productores como de consumidores y organizaciones involucradas ¿Qué se está haciendo en Colombia para abordar el problema de las colillas y adoptar las recomendaciones antitabaco de la OMS?
El pasado lunes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló, en el noveno Informe sobre la epidemia mundial de tabaquismo, que 5.600 millones de personas, el 71% de la población mundial, están protegidas por al menos una política de prácticas óptimas que contribuyen a salvar vidas de los efectos mortales del tabaco.
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La tasa mundial de tabaquismo disminuyó del 22,8% en 2007 al 17% en 2021. Sorprende que solo en cuatro países (Brasil, Turquía, Mauricio y Países Bajos) se adoptaron todas las recomendaciones antitabaco de la OMS.
El 71% de la población mundial, es decir, 5.600 millones de personas, están protegidas por al menos una medida de lucha contra el tabaco. Ocho países, España, Etiopía, Irán, Irlanda, Jordania, Madagascar, México y Nueva Zelanda, solo les falta una medida para cumplir todas las recomendaciones de la OMS.
Sin la aplicación de las medidas antitabaco, se estima que habría 300 millones más de fumadores en el mundo. En 44 países aún no se aplican ninguna de las medidas del programa, dejando a 2.300 millones de personas sin protección frente al tabaco.
Las seis medidas, denominadas MPOWER, propuestas por la OMS son: vigilar el consumo de tabaco y las medidas de prevención; proteger a la población del humo de tabaco; ofrecer ayuda para el abandono del tabaco; advertir de los peligros del tabaco; hacer cumplir las prohibiciones sobre publicidad, promoción y patrocinio; y aumentar los impuestos al tabaco.
Es relevante asimilar que cada año se producen aproximadamente 8,7 millones de muertes relacionadas con el consumo activo o pasivo del tabaco.
¿Qué pasa con las colillas?
Jaime Andrés Gil Morales, ingeniero de recursos hídricos y gestión ambiental y profesor en la Universidad ECCI, explicó que el impacto de la mala gestión de las colillas de cigarrillo es uno de los problemas ambientales más ignorados y preocupantes que enfrenta la sociedad actualmente.
A pesar de su tamaño diminuto, las colillas plantean una amenaza significativa para el medio ambiente, por lo que es crucial tomar medidas efectivas para abordar esta problemática de manera urgente.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se consumen alrededor de 5,6 billones de cigarrillos cada año, al menos el 65% de las colillas de cigarrillo terminan en el medio ambiente.
Estas diminutas colillas parecen inofensivas, pero contienen sustancias tóxicas como nicotina, arsénico, plomo y formaldehído, que pueden filtrarse en cuerpos de agua y suelos, causando daños graves a los ecosistemas.
El impacto ambiental de las colillas de cigarrillo es alarmante. Debido a que cada colilla puede contaminar hasta 8 litros de agua y tarda entre 10 y 12 años en descomponerse por completo.
La toxicidad de estos desechos representa una amenaza para la vida acuática y la fauna terrestre, ya que los animales pueden ingerir accidentalmente las colillas, lo que puede provocar intoxicación e incluso la muerte, agregó Gil.
Los incendios forestales causados por el mal manejo de las colillas de cigarrillo representan un peligro significativo para los ecosistemas y la vida silvestre. Se estima que cerca de 72 mil millones de colillas de cigarrillos se encuentran dispersas en la naturaleza, lo cual refleja una gran irresponsabilidad ambiental, añadió.
Para abordar este problema, se implementaron estrategias innovadoras en diferentes partes del mundo. En Vancouver, se lanzó un programa en noviembre de 2022 que instaló contenedores especiales para la recolección de colillas de cigarrillo.
Estos contenedores están equipados con filtros para evitar que los desechos se filtren al medio ambiente y se colocaron estratégicamente en áreas donde fumar es común. En solo tres meses se recogieron más de 50,000 colillas de cigarrillos, disminuyendo la contaminación.
Otra estrategia es la adopción de colillas de cigarrillo como materia prima en la fabricación de diversos productos, como tablas de skate, productos de construcción y textiles, lo cual reduce la contaminación y brinda soluciones sostenibles.
Desde el año 2018, la Alcaldía Mayor de Bogotá generó programas de educación y concienciación para cambiar comportamientos y promover la responsabilidad ambiental en cuanto a las colillas de cigarrillo.
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También implementó campañas de sensibilización dirigidas a fumadores y al público en general, la promoción de programas educativos en instituciones educativas y carteles informativos en lugares públicos.
Para Gil, se hace necesario que los gobiernos establezcan normativas más estrictas y desarrollen programas de gestión de desechos de cigarrillos que incluyan la responsabilidad extendida del productor.
Esto implica que los fabricantes de cigarrillos asuman la responsabilidad de la recolección, reciclaje y disposición adecuada de las colillas, promoviendo prácticas responsables como el uso de ceniceros portátiles y la disposición en lugares designados.
La colaboración efectiva entre gobiernos, organizaciones ambientales, industria tabacalera y la sociedad en general, junto con la promoción de la educación y concientización sobre el impacto ambiental de las colillas de cigarrillo, son fundamentales para lograr un ambiente más saludable y en línea con los principios establecidos por la Constitución Colombiana.
Redacción Colprensa.
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