Julio Andrés Murillo Figueroa, conocido con el alias de ‘H1’ o ‘El Zar’, fue capturado por hombres de la Policía Nacional en cooperación con autoridades de España, en una mansión de lujo ubicada en Llano Grande, Rionegro (Antioquia).
De acuerdo con su expediente criminal, el presunto narcotraficante tendría nexos con el Clan del Golfo, especialmente con ‘Gonzalito’, y está solicitado mediante Circular Roja emitida por INTERPOL España, por enviar “grandes alijos de cocaína desde Sudamérica, a través de veleros”.
Sin embargo, su accionar más conocido es el de proveedor de cocaína del capo Jonas Sture Falk, conocido en Europa como el ‘Pablo Escobar Sueco’, distribuidor de drogas de las organizaciones criminales Mocro Maffia y ‘Ndrangheta’, ubicadas en Países Bajos e Italia.
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“Esta operación, resultado de la fluida cooperación internacional, es un certero golpe estructural al crimen organizado transnacional”, afirmó el director general de la Policía, general William René Salamanca.
Las autoridades emprendieron el accionar contra alias “H1” desde hace 3 años, cuando autoridades españolas incautaron 1.623 kilos de cocaína en la ciudad costera de Huelva que, según la investigación, pertenecían al capo de 49 años, quien enviaba los cargamentos desde Argentina y Colombia, utilizando rutas a través del Pacífico y el Caribe, con destino final España, Francia, Holanda, Bélgica e Italia, países donde se movía en los más altos círculos sociales.
En 2022 y tras la captura en España del ‘Pablo Escobar Sueco’, Murillo Figueroa regresó a Colombia y se refugió en una mansión de Cúcuta (Norte de Santander), donde fue observado por primera vez por la Policía Nacional, sin tener la certeza de que se trataba del fugitivo.
Sin embargo, dos hechos especiales fueron vitales para las autoridades para dar con la captura de este presunto narcotraficante: la cojera y su perro.
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Según las autoridades, ‘H1’ asistía periódicamente a un centro médico para tratar un problema de movilidad, la cual lo obligaba a utilizar bastón. A esto se suma que su mascota sufría problemas de salud debido al traslado constante a veterinarias.
Aunque en ese momento el narcotraficante desapareció, las autoridades lo ubicaron en otra mansión en Antioquia, avaluada en $6.000 millones, donde periódicamente paseaba con su mascota en inmediaciones a un lago privado que le pertenecía.
Allí fue capturado y puesto a su carrera criminal de 15 años como narcotraficante invisible y su posterior envió en extradición para que responda ante autoridades judiciales internacionales.
Redacción Colprensa.
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