Rodeados por agua, lodo y escombros, varios habitantes de las comunas 2 (Centro), 3 (La Despensa), 4 (Cazucá) y 5 (San Mateo) en Soacha (Cundinamarca) tuvieron que pasar la noche entre la desesperación, luego de soportar un torrencial aguacero que inundó las calles, convirtiéndolas en verdaderos mares de desolación. Los residentes de esta zona vieron cómo las vías y hasta algunas casas quedaban bajo el agua durante la tarde y noche de ayer.
Q’HUBO recorrió ayer las calles de los barrios Quintanares, Terreros (en San Mateo) y La Despensa (Cazucá), algunos de los sectores más afectados por el diluvio que dejó al menos siete viviendas inundadas. Las lluvias, que comenzaron en la tarde del lunes y se extendieron hasta las 9:00 p. m., colapsaron las calles, agravando una situación que los residentes enfrentan cada vez que llueve.
“La verdad, eso fue terrible. Desde las 5:00 p. m. del lunes las calles comenzaron a taparse por los arroyos que se formaron en la cuadra. Siempre que llueve se inunda el barrio y algunas casas, pero desde que instalaron el alcantarillado esto ha empeorado desde hace ya dos años. Además, el alcantarillado no fue diseñado para aguas lluvias, solo para aguas negras y, como se puede ver, en esta parte no hay desagües. Por eso, el agua se filtra por debajo de las casas, causando problemas de salud, especialmente en los niños. No pudimos dormir por el miedo a que el agua entrara”, comentó Sandra Mota, residente del barrio La Esperanza, a Q’HUBO.
Desafortunadamente, estas comunidades no solo lidiaron con las lluvias, sino también con el taponamiento de las alcantarillas en el sector de Terreros, lo que bloqueó por completo las calles e incluso afectó la movilidad en la Autopista Sur.
“El problema viene desde arriba. La empresa de transporte que cubre la ruta desde San Mateo hasta La Isla, en la parte alta de Cazucá, siempre llena las calles de tierra para que los buses puedan pasar, pero cuando llueve, esa tierra tapa las vías de abajo, en Terreros y otros barrios. Por eso la gente vive con miedo de las inundaciones, y como no nos han ayudado con el alcantarillado de aguas lluvias, estamos en vilo. La semana pasada tuvimos una reunión con el alcalde de Soacha (Julián Sánchez Perico) y su equipo de trabajo, y nos dijeron que están en estudios para hacer los alcantarillados, pero ojalá sea cierto, porque aquí, solo en este barrio, se nos inundaron siete casas. Hay otra persona muy afectada, una abuelita de 79 años que vive en condiciones muy difíciles, doña Rosalba”, reiteró Luz Gabriela Mesa, presidenta de la JAC del barrio La Esperanza.
A causa de las inundaciones, al menos 10 barrios se vieron afectados, dejando a los residentes atrapados entre sus viviendas.
El drama de doña Rosalba Rosales
“Yo prácticamente vivo encerrada en mi casita. Aquí solo vivo con mi hija, pero ella trabaja todo el día, así que no puede hacer nada cuando se presentan estas inundaciones. Cada vez que llueve, mi casa se inunda. Los vecinos son los únicos que nos ayudan a mí y a mi hija; ellos hacen barricadas con piedras en la parte del frente porque mi casa está justo donde llega el agua. Hasta me hicieron un muro de contención los vecinos. Pero la verdad, cuando llueve, vivo con pánico y zozobra. Siempre me arrincono en la parte de atrás con mis dos perritos y mi gato, pero se siente mucha impotencia. Anoche, si no hubieran venido a ayudarme a sacar el agua, se me habría inundado todo, como ya pasó hace un año, cuando casi lo perdemos todo. Ojalá las autoridades nos ayuden para que esto no vuelva a pasar, porque aquí, cuando llueve, es una pesadilla para todos”, concluyó doña Rosalba.
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