Por denunciar cobros irregulares en el servicio de agua, que llega de manera clandestina al barrio de invasión El Limonar, en la vereda Panamá, manzana 36, doña Olga María Sierra de Reyes nunca imaginó que viviría una pesadilla a causa de un grupo de sujetos conocidos como los ‘Fontaneros’. Estos individuos suministran ilegalmente este preciado líquido a los humildes residentes de la zona, quienes deben pagar tarifas que muchos consideran excesivas, pero no se atreven a denunciar por miedo a sufrir lo que vivió doña Olga, quien fue víctima de dos atentados por parte de estos sujetos.

“Todo empezó cuando le compré una casa-lote a una sobrina, en ese lugar que queda por la calle 12, más arriba de las cementeras, pasando el barrio Chico de Soacha, en la parte alta de la montaña. Me instalé en la casita, que compré cerca de la de mi hijo, pero cuando llegué allá con una motobomba que ya tenía para asegurarme el suministro de agua, llegaron unos tipos a cobrarme una suma de dinero que supuestamente debía por este servicio”, comentó a Q’HUBO doña Olga.

La mujer cuenta que estos sujetos suministran el servicio a la comunidad solo dos horas al mes, tiempo en el que los residentes deben hacer de todo: lavar ropa, enseres, abastecerse para cocinar y hasta bañarse, si alcanzan.

• Le puede interesar: Este es el decreto que buscará promover el ahorro de agua en Bogotá

“Esos tipos nos cobran $30 mil mensuales y cada vez que llegan a poner el agua, aparte piden una ‘vacuna’ de $5 mil para poder tener agua en cada casa. Si no se paga, cortan la manguera y comienzan a agredir y amenazar a la gente. Eso fue lo que me pasó cuando dije que no iba a pagar algo que no debía. Estos tipos, los ‘Fontaneros’, que son como 50 distribuidos por todo el sector, nos amenazaron. El 9 de septiembre, en el primer atentado, nos dijeron ‘o pagan, o se van, o se mueren’. Ese día estaba con mi hijo, y cuando nos negamos a pagar, esos tipos intentaron agredirnos y romper los vidrios de la casa. Mi hijo y yo nos defendimos, pero desde entonces quedaron ensañados contra nosotros”, agregó la señora Olga.

Doña Olga relata que estas artimañas son comunes entre estos individuos. Cuando no les pagan, recurren a la violencia para quitarles las viviendas y lotes a los residentes, y luego venderlos.

“El segundo atentado fue el 13 de septiembre, cuando mi hijo llegó a la casa para almorzar. Dejó entrar a una muchacha que conocemos, y cinco minutos después pasó uno de esos ‘fontaneros’. Vieron que mi hijo salió y comenzaron a difundir que había abusado de la muchacha. Esos tipos empezaron a correr ese rumor en el barrio y, junto con los ‘Fontaneros’, rompieron otra vez los vidrios y agredieron a mi hijo.

• Lea también: Alcalde Galán propone explorar el agua subterránea como alternativa al desabastecimiento

Todo esto fue porque nos negamos a pagarles, ya que desde el primer atentado nunca les dimos ni un peso por el agua. Ese mismo día nos robaron la motobomba. Si no es por los agentes de la UNDMO, habrían matado a mi hijo, porque querían eliminarnos para quedarse con nuestros lotes. A mi hijo lo detuvieron y hasta tuve que vender su lote para poder defenderlo. Ahora estoy sin agua y me toca ir a casa de un familiar en Cazucá para bañarme y recolectar agua, porque no puedo tener suministro en mi casa. Nadie denuncia porque esos tipos tienen a todos amenazados”, relató la mujer.

“Estos criminales roban el agua de un nacimiento en las montañas orientales del municipio, y aunque las autoridades lo saben, no hacen nada. La comunidad sigue pagando por este servicio ilegal. Ahora tengo a mi hijo detenido por una falsa denuncia y sigo buscando cómo obtener agua. No voy a seguir pagando a estos criminales, y aunque me maten, voy a alzar mi voz para que esta injusticia no continúe, porque estos tipos tienen apoderado todo el barrio”, concluyó doña Olga.

Elija a  Q’HUBO Bogotá como su fuente de información preferida  en Google Noticias aquí