Jorge Colmenares, hermano de Luis Andrés Colmenares, el joven estudiante de la Universidad de los Andes fallecido hace 14 años, habló recientemente sobre las secuelas que esta tragedia ha dejado en su vida y en la de su familia. Desde el fallecimiento de Luis Andrés, cuya muerte fue ampliamente discutida en medios y redes sociales, los Colmenares han vivido bajo la constante presión pública y crítica en diversas plataformas, donde, según Jorge, reciben comentarios que subestiman el dolor de perder a un ser querido y asocian su notoriedad pública únicamente con la tragedia familiar.
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Familia Colmenares sigue viviendo las secuelas del incidente
Según Jorge, este caso ha afectado profundamente su vida personal, especialmente en el ámbito de las relaciones personales y la confianza. Tras la muerte de su hermano, ha tenido dificultades para relacionarse con amigos y formar vínculos amorosos, pues teme revivir experiencias dolorosas. En sus propias palabras, reveló que el miedo a confiar se ha convertido en una barrera emocional: “si a mi hermano le sucedió algo así por amor, siento que a mí también podría pasarme lo mismo”. Además, el temor a rodearse de personas en quienes no pueda confiar lo ha llevado a una gran soledad y a experimentar problemas de salud mental.
El impacto emocional de este evento también ha hecho que, en ocasiones, sienta que sus logros son vistos de manera despectiva por algunos en redes sociales. Para Jorge, los comentarios de quienes afirman que su reconocimiento se debe únicamente a la muerte de su hermano demuestran una falta de sensibilidad hacia el duelo que enfrenta la familia. Este tipo de señalamientos, asegura, reflejan un profundo desconocimiento del sufrimiento interno que viven desde la trágica noche de la pérdida de Luis Andrés.
Colmenares también mencionó que la relación con algunas de las personas involucradas en el caso, como Laura Moreno y Jessy Quintero, es inexistente. Desde el inicio del proceso judicial, no ha tenido contacto con ellas ni con sus familias. Jorge considera que ellas conocen la verdad sobre lo que le sucedió a su hermano, aunque reconoce que nunca han podido conversar sobre el tema debido a las tensiones y las acusaciones mutuas. Explicó que mientras él y su familia buscan justicia, sienten que para las otras partes involucradas, esta tragedia se percibe como una carga impuesta por el proceso legal.
Para Jorge, la vida tras la muerte de su hermano ha sido un proceso constante de lucha emocional y reconstrucción personal. Este camino ha estado lleno de retos, de incomprensión social y de un calvario interno que, en sus propias palabras, no le desea a nadie. Aunque el caso ha sido un punto de inflexión que inevitablemente ha marcado su vida y lo ha llevado al ojo público, lamenta profundamente que la tragedia de su familia se haya convertido en un objeto de juicio social, más allá del dolor y la pérdida que enfrentan día a día.
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