Pocas cosas generan tanta expectativa que todo lo relacionado con la historia de Pablo Escobar, el capo más sanguinario y reconocidos tanto nivel nacional como internacional.
Ya sea por los mitos alrededor de su figura, o una que otra caleta que afirman encontrar en las entrañas de lo que fue su imperio del narcotráfico, lo cierto es que cualquier acontecimiento actual que involucre al perverso Escobar sigue generando tendencias informativas.
La más reciente ‘curiosidad’ relacionada con Escobar vino de la empresa de vehículos lujosos Atlantis Motor Group, un grupo empresarial que tiene en su poder un Porsche 911 de carreras que fue propiedad del infame narco.
Esta compañía, informaron sus dueños, se encuentra actualmente en un problema tremendo por cuenta de la ausencia de clientes para este vehículo, ya que nadie se la ha medido a comprar el histórico carrazo después de la costosa reforma que, por supuesto, asumió la empresa. Dicha situación carece de toda lógica para los vendedores, pues más allá de que el carro haya sido propiedad de Escobar, tras de sí también esconde un legado automovilístico valioso.
Pille los detalles de esta nave.
Un clásico con todos los poderes
Del modelo Porsche 911 solo llegaron a construir 15 autos en la década de los setenta. Cada uno de los carros, intencionalmente, tenía un color diferente por cuanto la idea de los fabricantes era aprovechar al máximo la nueva tecnología de la televisión a color, cuyo funcionamiento por aquel entonces apenas era una realidad.
Salvo por esta diferencia, todos los carros modelo 911 cuentan con un poderoso motor de 0,3 litros a seis velocidades, capaz de impulsar esta nave a 350 caballos de fuerza y 8.000 revoluciones por minuto.
En cuanto a la carrocería, podemos apreciar en este juguete un enorme alerón trasero con cubiertas de luces en negro mate y cierres de capó de liberación rápida.
Pese a no contar con grandes artilugios tecnológicos dado su año de fabricación, el auto cuenta con un interruptor de extintor de incendios en la parte externa del carro. Finalmente, cuando en 2010 la compañía compró esta ‘nave’ modificó el color y algunas calcomanías del carro, el cual pasó de blanco a amarillo; en cuanto el número, se reemplazo el 21 por el 1.
Los dueños antes de Escobar
Si bien es cierto que el carro es bien conocido por haber sido propiedad de Pablo Escobar, hay otra historia detrás de este carrazo que, para los amantes de la velocidad y el automovilismo, puede tratarse de toda una joya patrimonial.
Resulta que el primer dueño de este carro fue el magnate de los carros Roger Penske (izquierda), quien lo adquirió con la idea de ponerlo a competir en la Fórmula 1 y las 24 horas de Daytona.
El Porsche compitió de manera exitosa y ganó varios premios de la mano del piloto contratado por Penske, la leyenda del automovilismo Emerson Fittipaldi (centro).
Los años dorados de esta nave quedaron atrás cuando el modelo de carro para competir cambió y otro piloto misterioso, John Tunstall (sin foto), lo compró para sacarle candela en carreras privadas. Este último individuo fue, de hecho, el dueño que cedió el vehículo a Pablo Escobar por una cantidad que se desconoce hasta el momento.
Otras propiedades de Escobar que han sido subastadas
- La casa que el capó compró en los ochenta en Miami Beach fue subastada en 2015 por una cantidad cercana a los 18.000 millones de pesos. Tuvo que cambiar de dueños antes de la subasta para ser vendida por lo legal.
- Luis Jaime Salazar, un comerciante colombiano, le compró al Gobierno tres antiguos bienes del capo (unas oficinas, un local comercial y una bodega).
- Otro de los vehículos recordados de Escobar fue el famoso carro anfibio que usó el ejército alemán en la Segunda Guerra Mundial. Alberto Tejada, un ciudadano antioqueño, compró el vehículo en una subasta en el año 2000.
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