El extinto municipio de Armero (Tolima), que desapareció en noviembre de 1995 luego de que el volcán Nevado del Ruíz hiciera erupción y lo sepultara, se ha convertido en un sitio turístico y muy visitado por su dolorosa historia y el panorama que hay allí, pues hay cientos de tumbas de habitantes de este lugar que murieron aquella trágica noche.
Aunque muchas personas visitan este camposanto con la esperanza de prenderle una vela a las vidas que quedaron allí, otros tienen oscuras intenciones, pues según se pudo conocer en las últimas horas, están profanando las tumbas que hay en Armero para hacer brujería y magia negra.
El alcalde local, Ricardo Ramírez, denunció que personas inescrupulosas llegan a este lugar a hacer brujería sin que nadie pueda hacer nada para evitarlo, pues no hay suficiente personal de vigilancia que pueda controlar el flujo de estas personas.
“No se cuenta con la cantidad de uniformados para poner una vigilancia necesaria en la zona. Es prácticamente imposible porque los controles que realizan las autoridades son durante el día y en las horas de la noche solo se realizan los retenes sobre la vía principal en la variante que va hacia Ambalema y el Líbano”,
afirmó el mandatario, en un diálogo recopilado por Alerta Tolima.
Y agregó: “La única manera de que no se sigan profanando tumbas en el sector sería que retiraran los restos y fueran llevados a otros lugares. Esto es un caso bastante complicado en el sentido de que es demasiado extenso y no se puede poner vigilancia, es algo prácticamente imposible porque los hechos de vigilancia se hacen en el día y en la noche se hacen retenes pero en la vía y no dentro del campo”.
Incluso, uno de los guías turísticos de Armero, y sobreviviente de este desastre natural, también denunció en Alerta Tolima que ninguna autoridad ha querido apropiarse de las múltiples denuncias que ellos han puesto.
“Se han llevado los restos, todos vienen y se los llevan. En todo momento la gente está mirando cómo hacen brujería (…) Viene gente en las noches o en las tardes, hacen rituales y se llevan lo último que queda de nuestro pueblo. Se llevan lo que no se llevó la avalancha del cementerio. Yo no puedo decir el nombre de las personas. Hace más o menos unos tres años vi unas personas que sí eran de por aquí”, señaló el guía.
Según manifestó Alfenibal Tinoco, presidente de Federación para el Desarrollo de Armero (Fedearmero), la única tumba que no ha sido profanada es la de la niña Omaira, cuya historia se hizo famosa en televisión nacional porque todos fueron testigos de los días que la menor duró luchando contra la muerte para ser salvada.
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