Recientemente se dio a conocer la historia de una joven enfermera que busca trabajo en hospitales para poder drogarse con fentanilo.
Todo se remonta al mes de febrero de este año, cuando en una clínica de Cartagena contrataron enfermeros para la Unidad de Cuidados Intermedios. Fue entonces cuando la enfermera de 24 años, quien contaba con una excelente hoja de vida, fue contratada y asignada al turno de la noche.
Desde ese momento, empezaron a desaparecer algunas ampolletas de fentanilo del carro de reanimación. “Al hacer el inventario de los medicamentos del carro de reanimación, nos dimos cuenta de que faltaban 5 ampolletas de fentanilo. Así que subí a revisar las cámaras de seguridad y me di cuenta de que la jefe durante la noche pasó varias veces por el lado del carro y lo miraba de arriba a abajo. La vi muchas veces pasar por ahí. El movimiento de sus manos y cuerpo indicaba que estaba ansiosa. De repente empezó a meterse al baño durante mucho tiempo y a los 20 minutos volvía, así estuvo como dos horas. A sus compañeras les dijo que era porque tenía vómito”, dijeron algunos de los testigos.
- Le puede interesar: Mujer murió tras caer del puente de la estación 21 Ángeles
Luego de esto, el medicamento empezó a ser custodiado, pero debido a los protocolos de atención a la unidad móvil de reanimación, se tenían que dejar 10 ampolletas. A pesar de esto, al día siguiente ocurrió la misma situación. Incluso algunos compañeros notaron un gran hematoma en la pierna de la enfermera, pero al preguntarle ella solo decía que se había golpeado.
“A otro doctor le contaba que se aplicaba tramal porque después de la cesárea había quedado con dolores muy fuertes, y así seguía, a unos les decía una cosa y a otros otra”.
La joven evitó a toda costa ser descubierta. Por eso se dice que se habría subido a una silla para tapar una cámara y alterar los zunchos de seguridad que llevan un código para ver cada cuánto se abre el carro”, contó uno de sus compañeros.
Cuando la mujer fue descubierta, al principio negó que el fentanilo fuera para su consumo. Manifestó que el medicamento era para un familiar. A la enfermera se le pidió que reponga las ampolletas que ya había consumido. En ese momento hizo una llamada.
“Sacó el celular, de esos en los que se escucha todo sin necesidad de poner el altavoz. Al otro lado de la línea contestó un hombre y ella le dijo que necesitaba que le consiguiera fentanilo urgente porque estaba metida en un problema. El hombre le respondió que, como ya le había dicho días atrás, estaba muy difícil por este tiempo surtir por los controles que estaban haciendo”.
En el reporte oficial que se encuentra en la institución se lee que el hombre con el que ella hablaba por teléfono le habría dicho: “Usted sabía que estaba difícil y usted dijo que buscaría trabajo para poder tenerlo cerca”.
Por ahora, sus colegas del sector de la salud solo esperan que la joven acepte su adicción para que pueda recibir ayuda. Además, se sabe que estaría buscando trabajo en otros centros de asistencia de la región.
Elija a Q’HUBO Bogotá como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí
