Q’HUBO tuvo la oportunidad de visitar las instalaciones de la Escuela Nacional de Suboficiales, donde funciona la Escuela de Policía de Antisecuestro y Antiextorsión ‘Mayor Héctor Aníbal Talero Cruz’ – Esant, la única en el mundo especializada en este tipo de delitos.
Esta institución logró gran reconocimiento a nivel mundial graduando a oficiales de Israel, México, Filipinas, Ecuador y Chile, en casi 20 años de operaciones.
La escuela está ubicada en el kilómetro 20 de la vía Sibaté – Pasca (Cundinamarca). Allí vivimos la experiencia de participar, durante un día, de algunos de los ejercicios del extenso y exigente Curso de Operaciones Especiales (Copes), diseñado para combatir la extorsión y secuestro.
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Este tiene una duración de tres meses y está enfocado en el desarrollo de técnicas avanzadas de defensa personal, acondicionamiento físico, tiro y precisión, así como en el manejo de una amplia variedad de armamento, explosivos y equipamiento necesario para realizar sus labores en cualquier tipo de terreno dentro de la geografía nacional.
Los agentes se especializan en tácticas de inteligencia, infiltración, combate urbano y rural, manejo de tecnologías y desarrollo de habilidades que garanticen el cumplimiento de los derechos humanos.
Bienvenida a la Escuela de Policía de Antisecuestro y Antiextorsión
El director del Gaula, Coronel Élver Vicente Alfonso Sanabria, nos dio la bienvenida a la escuela, la cual visitamos el pasado 23 de marzo.
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Antes de nuestra llegada a las instalaciones, nos sometieron a un ejercicio de infiltración (reconocimiento o estudio del terreno), habitual en las labores diarias de los agentes del Gaula.
Alrededor de las 9:00 a. m., arribamos a la escuela, donde pudimos observar algunas de las instalaciones. Posteriormente, tuvimos la oportunidad de conocer de cerca el armamento y el equipamiento utilizado en los cursos impartidos en la institución, que alberga a 3.000 estudiantes y que es esencial para las operaciones.
Después de esta introducción, nos proporcionaron chalecos antibalas, similares a los que utilizan los agentes en sus ejercicios diarios.
Pruebas de polígono de tiro
Luego de unos cuantos minutos de trotar por los terrenos empinados de la escuela (nada comparado con las largas jornadas a las que se someten diariamente los agentes en el curso), llegamos al campo de entrenamiento de tiro y precisión.
El Subintendente López (foto arriba, centro), acompañado de dos instructores más, nos equipó con los implementos de seguridad necesarios y nos dio las instrucciones de seguridad para realizar tres ejercicios de polígono, disparando en 10 ocasiones con una pistola Glock 17, la misma que usan los agentes en las labores de campo.
Un reto a 28 metros de altura
Sobre las 11:20 a. m., recibimos instrucciones para enfrentarnos al reto de descender la torre de rápel y helipuerto, que tiene aproximadamente 5 pisos. Armados de valor, un casco, un arnés, un mosquetón, un descensor y unos guantes, subimos a la parte alta con todas las medidas de seguridad para luego descender y aprender las técnicas que utilizan los agentes en su entrenamiento diario.
Los más osados descendieron incluso de cabeza, como se ve en la foto de arriba, en compañía de los instructores, quienes compartieron sus años de experiencia con el grupo de 30 periodistas que asistimos a esta jornada en el vecino municipio de Sibaté, Cundinamarca.
Despliegue de operaciones especiales
Para finalizar nuestra experiencia, fuimos testigos del despliegue de algunas de las capacidades operativas, de infiltración e inteligencia, realizadas por los agentes. Ellos simularon el rescate de una persona secuestrada en zonas urbanas y rurales, demostrando la versatilidad de sus unidades y la variedad del armamento necesario para cada operación.
A través del ejercicio del rescate, fuimos testigos de la rigurosidad y dedicación de los integrantes del Gaula, que en muchas ocasiones exponen sus vidas para asegurar la libertad de los ciudadanos, siempre poniendo por encima el respeto de los Derechos Humanos.
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