El coronel retirado Joaquín Aldana empezó a ser reconocido a nivel nacional no por su hoja de vida impecable ni por su trabajo, sino por haber asesinado de manera salvaje a su esposa en el 2009. Tras la ardua investigación que realizaron las autoridades, lo hallaron culpable y fue enviado a un establecimiento carcelario.

Allí permanecía desde hacía 13 años, hasta la mañana de este jueves que el Juzgado Segundo de Ejecución de Penas y Medidas de Bogotá le dio el beneficio de casa por cárcel, pues ya cumplió el 50% de su condena, que fue de 33 años de cárcel.

Le puede interesar: Crudo relato de mujer agredida por periodista de Noticias UNO

Aldana obtuvo este beneficio por buen comportamiento y estudiar dentro de la cárcel La Picota, en donde permanecía recluido hasta hace pocas horas. Ahora será trasladado a su domicilio en Ibagué, en donde está su familia.

El coronel que a sangre fría asesinó a su esposa….

Érika Yeneris conoció a Aldana cuando apenas iba a cumplir 18 años. Duraron pocos meses de noviazgo y se casaron por la iglesia en Cartagena. Con el paso del tiempo tuvieron dos hijas y su vida en familia parecía normal.

Sin embargo, dos años antes de la tragedia, es decir en 2007, Érika comenzó a cansarse de las mudanzas constantes que tenía por el trabajo de su esposo, pero no le dijo a nadie. Poco a poco comenzó a sentirse más sola y la relación empezó a deteriorarse.

Según relató en su momento la mamá de la víctima, ella le dijo meses atrás de su asesinato que había estado pensando en separarse, que incluso le dijo a su pareja, pero que este había empezado a amenazarla.

Luego de esto no se volvió a tocar el tema hasta que el 6 de septiembre sus familiares le perdieron el rastro a la mujer de 32 años. Ella dejó de contestar su celular y el teléfono fijo, por lo que sus allegados comenzaron a buscarla por cielo y tierra.

Con el paso de los días lograron hablar con Joaquín y él les dijo que ella se había ido para Costa Rica, sin embargo, cuando ellos empezaron a averiguar se enteraron que nunca había salido del país y que, además, tenía el pasaporte vencido.

Llevados por un mal presagio, el 18 de septiembre los familiares de Érika viajaron hasta Ibagué, que era donde vivía la mujer con su esposo e hijas. Al llegar a la casa se enteraron que no había nadie viviendo allí, que la empleada había sido despedida y que las niñas se las habían llevado.

El 21 de septiembre la familia comenzó a difundir la desaparición de la mujer por internet e interpusieron una denuncia ante las autoridades, pero ya era demasiado tarde. El cuerpo de Érika había sido hallado descuartizado en la salida de Ibagué.

24 horas antes de que fueran identificados los restos de la mujer, el coronel se presentó ante su superior y le pidió 83 días de vacaciones, sin embargo, nunca mencionó la desaparición de su esposa.

Elija a Q’HUBO Bogotá como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí