El presidente Petro pidió garantías de no repetición por el caso de Diego Felipe Becerra.
Este 31 de agosto, exactamente 12 años después del asesinato de Diego Felipe Becerra, y el mismo día en que cumpliría 29 años, el Estado colombiano reconoció su responsabilidad en el caso, tras haberse determinado que se trató de una ejecución extrajudicial y que hubo una posterior alteración de la escena del crimen.
El acto se llevó a cabo en el parque El Renacimiento (Bogotá) y contó con la presencia del presidente, Gustavo Petro, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, y el director de la Policía, general William Salamanca.
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Diego Felipe transformó el arte urbano local
Liliana Lizarazo fue la encargada de traer al presente la memoria de su hijo Diego Felipe Becerra.
“Fue un joven muy alegre, tranquilo, generoso y tolerante. Estaba apenas terminando el bachillerato y desde muy pequeño venía demostrando sus habilidades artísticas: bailaba, actuaba, tocaba música. Soñaba con un mundo sin armas, sin guerras, donde las personas pudieran vivir en paz”, detalló.
“Quería llenar las paredes de la ciudad con la figura del gato Félix, pues consideraba que transmitía sus sentimientos. Soñaba con que su nombre artístico, Trípido, fuera tan reconocido como el de muchos grafiteros que venían impulsando el movimiento del arte en Bogotá”, agregó.
Becerra era un artista urbano. El 19 de agosto de 2011 se encontraba haciendo un grafiti en una columna del puente vehicular de la avenida Boyacá con calle 116 –que hoy lleva su nombre–, cuando llegó la Policía.
“Él y sus amigos corrieron para atravesar la avenida, mientras uno de los uniformados descendió del vehículo y los persiguió. Diego Felipe Becerra Lizarazo se escondió detrás de un árbol, de donde salió porque un vigilante le indicó que un policía había retenido a uno de sus amigos, frente a lo cual el adolescente se entregó voluntariamente, señalando que él era el responsable de pintar el grafiti en el puente”, relató el Ministro de Defensa.
Durante el proceso judicial se dio a conocer que los uniformados manipularon la escena, plantando un arma cerca de su cuerpo para hacer ver que él tenía la intención de atacarlos, y contrataron a un conductor de bus que había sido víctima de hurto el día anterior (18 de agosto) para que lo reconociera como uno de los autores.
El 22 de agosto de 2021, dos años después de lo ocurrido, fue capturado el responsable que hasta entonces permanecía prófugo de la justicia. El policía Wilmer Antonio Alarcón Vargas recibió una condena de 37 años de prisión.
A raíz de este caso, miles de personas salieron a las calles a pedir justicia. El movimiento siguió creciendo y se convirtió en la motivación para exigir que desaparezca cualquier estigma contra aquellos jóvenes que llevan su arte a las calles.
Gustavo Trejos luchó durante todos estos años anteriores para limpiar la imagen de su hijo de crianza y llegó hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Fue esta la que ordenó al Estado colombiano reconocer su responsabilidad en los hechos.
Precisamente, desde el parque Renacimiento envió un mensaje a las demás víctimas a nivel nacional para que no desfallezcan en la búsqueda de la verdad.
“He aprendido que uno nunca debe desfallecer y que la última posibilidad es la que se gana, y se gana con honores”, afirmó.
Admitió que fue testigo de la inacción de algunos órganos de la justicia. “Nosotros somos muy afortunados porque tuvimos un acompañamiento mediático, pero muchas víctimas no cuentan con esa suerte”, sostuvo.
Al final, aprovechó para recordar a otros jóvenes que han sido víctimas en hechos similares que vinculan a la Policía o al Esmad. Dilan Cruz, quien murió en el estallido social, fue uno de los mencionados.
“Queremos una Policía más honesta”, General Salamanca
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, fue quien inició ofreciendo disculpas.
“En nombre de la Nación acudo hoy a este, que para mí es un muy importante acto, para pedirle perdón a la familia y a los amigos de Diego Felipe Becerra. Pero también al conjunto de la sociedad colombiana porque estas violaciones a los derechos humanos no solo mancillan el nombre de la institución policial, sino que afectan profundamente el ejercicio de la democracia y la seguridad”.
Le siguió el general de la Policía, William Salamanca, quien se comprometió a garantizar la no repetición y el respeto por la vida.
“Queremos una policía más honesta y más transparente en sus actos públicos como privados. (…) Ojalá nunca más tengamos que vivir un hecho como este”, fueron sus palabras.
El Distrito entregó varios murales que realizaron grafiteros de la ciudad en homenaje al proceso artístico de Diego Felipe que se vio truncado.
Desde 2016 y en su honor, Bogotá conmemora el Día del arte urbano en esta fecha que no solo es especial para sus padres por ser su cumpleaños, sino para el resto de artistas que llegaron a conocerlo.
El presidente Gustavo Petro pidió garantías de no repetición
El presidente Gustavo Petro hizo un llamado de atención para que se acaten las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), algo que ya había advertido hace unos días en Costa Rica, cuando dijo que solo se ha acatado una entre 28.
“Para nosotros esas sentencias son obligatorias, lo dice la ley, lo dice la Constitución y lo demostraremos en nuestro gobierno”, afirmó.
Petro participó del acto de reconocimiento de responsabilidad del Estado en la ejecución extrajudicial del artista urbano Diego Felipe Becerra, quien murió a manos de un uniformado de la Policía mientras estaba pintando un grafiti en Bogotá.
“Lo mataron porque de una pared gris hizo un cuadro multicolor”, aseguró Petro.
Este 31 de agosto tanto el ministro de Defensa, Iván Velásquez, como el director de la Policía, general William Salamanca, pidieron perdón y aseguraron su compromiso con la no repetición de la violación a los derechos humanos. Sin embargo, el Jefe de Estado pidió que esto no quedara en palabras.
“Lo que estamos viviendo aquí, de matar por ser diferente, ya sea por el arte o el pensamiento político, ¿no lo vivió Europa alrededor de los colores, las formas y los orígenes étnicos de la población? ¿Acaso no hubo alguien que dijo, es que hay una raza superior y las demás son inferiores?”, advirtió.
“Lo que mató a Diego Felipe Becerra es un criminal con poder, los que mataron a la Unión Patriótica son criminales con poder y los que mataron al pueblo judío están todavía más allá en la cúspide del poder”, continuó diciendo.
En este sentido, ordenó a la fuerza pública abandonar el concepto del enemigo interno y educarse en los conceptos de la democracia.
“Bonito sería, señor General, que la carta interamericana de los derechos humanos se repartiese entre todos los miembros de la Policía, y se discutiera”.
Y aprovechó para recordar que la esencia de la Policía es defender los derechos y libertades del ser humano sin importar su pensamiento, vestimenta “e independientemente de qué pinta en las paredes”.
Redacción Colprensa.
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