Lina sobrevivió al salvaje ataque de un inquilino que se obsesionó con ella. Lo insólito del hecho es que el hombre está libre, por lo que la víctima pide justicia.
Lina Johana Gamboa Parra jamás imaginó que abrirle las puertas de su hogar a un hombre, a quien le arrendó una de sus habitaciones, se convertiría en el detonante de una absurda obsesión, pues el sujeto por poco le quita la vida de manera salvaje a esta mujer de 36 años, y todo porque ella no quiso acceder a tener una relación sentimental con él.
La víctima, madre de dos mujeres de 19 y 15 años, reside en el municipio de Madrid (Cundinamarca). Fue allí cuando el pasado 30 de diciembre ocurrió la agresión. Pese a que Lina pudo identificar a su verdugo, las autoridades la descuidaron, pues el sujeto está libre, caminando impunemente en la búsqueda de su próxima víctima.
Absurda obsesión
En mayo del año pasado, Lina conoció a un hombre identificado como J. Orozco a través de una muchacha a la que le tenía arrendado uno de los cuartos de su vivienda. Allí la mujer reside con sus hijas, unos tíos, una prima y el esposo de esta.
“El tipo estaba pretendiendo a la muchacha que me lo presentó. Luego de unos meses de que él me ayudara con varias cosas de la casa, se ganó mi confianza y me pidió que le arrendara el cuarto, a lo que yo accedí. En poco tiempo, el tipo empezó a tomarse confianza: entraba a mi habitación y me pretendía, al punto que hizo que mi relación de seis años se acabara por su acoso; pero yo siempre le dije que no quería nada con él. Al final, tuve que pedirle que se fuera de mi casa, pero él no lo hizo”, le relató a Q’HUBO.
En diciembre pasado, este acosador empezó a acercarse a las hijas de Lina, por lo que la mujer comenzó a tomar distancia. Sin embargo, el hombre seguía acosándola e insistiendo en que tuvieran algo, a lo que ella siempre se negó.
“Un día, ese tipo intentó regalarle ropa interior a mi hija mayor, y yo le dije que no necesitábamos nada de él. ¡Me alarmé! Luego de unos días, al ver que todas las inquilinas se habían ido, le pedí que se fuera, tras verlo hablar de manera extraña con la única inquilina que me quedaba. Ese día él estaba limpiando un cuchillo. Yo estaba con mi tío y le dije que ese tipo me iba a hacer algo, pero no me prestó atención. Mi tío se fue a trabajar y me quedé sola con él”, recordó.
Eran las 8:00 p. m. cuando Orozco, mediante engaños, convenció a Lina para que subiera al cuarto donde él estaba, supuestamente para ponerle una vacuna al gato. En ese momento, el hombre la agarró con fuerza del cabello.
“Me dijo que sí íbamos a tener algo y comenzó a agredirme. Le dije que no y me lanzó contra la pared. Casi me desmayo y empecé a perder la visión. Luego me dijo: ‘Si no eres para mí, no eres para nadie’, y comenzó a apuñalarme en el cuello. ¡Intentó degollarme! Le pedí que me soltara y me respondió: ‘De aquí no vas a salir viva, ya tengo una maleta para sacarte’. Alegaba que me quería matar si no estaba con él”, comentó la víctima.
Luego de la agresión, que duró varios minutos, Lina fue llevada por el esposo de su prima a la clínica del municipio. El mismo hombre que la llevó al centro asistencial obligó al agresor a irse con ellos. En la entrada del hospital, el hombre fue aprehendido por agentes de la Policía que, según ella, la revictimizaron al decirle que todo había sido culpa suya.
¡Clama justicia!
Luego de casi 20 días hospitalizada, Lina despertó con limitaciones visuales, motrices y del habla, debido a las heridas que este salvaje le provocó. Días después, se enteró que el hombre había quedado libre, ya que la Fiscalía no había recopilado las pruebas suficientes para iniciar el proceso, clasificando el delito como lesiones personales.
“Me siento revictimizada y agredida por las autoridades, la EPS y la Policía. No me han brindado las medidas de protección y la Fiscalía, a pesar de todas las pruebas, no tipificó mi caso como tentativa de feminicidio. Apenas ahora me están atendiendo para mis terapias de recuperación. A mí sola me ha tocado aprender a hablar y moverme, porque aún no puedo caminar. Es duro ver a mi mamá preguntándome todos los días cómo estoy, mientras el tipo que me hizo esto sigue libre y me sigue acosando a mí y a mi hija. La Fiscalía aún no dicta medidas de aseguramiento en contra de este señor. ¡Es injusto!”, concluyó Lina, quien agregó que levantará su voz para que su caso y el de otras mujeres no queden impunes y por fin los agresores paguen por estas aberrantes conductas.
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