Durante tiempos memorables los seres humanos han tenido creencias diversas con respecto a los espejos, elemento que fue creado para que pudiéramos ver nuestro reflejo.
Algunos aún hoy en día prefieren cubrirlos con una manta, pues creen que es un portal a otra dimensión o que en caso de desdoblamiento, su alma podría perderse en un portal paranormal.
Hoy en Q’Misterio develamos algunos de sus secretos.
Atrapa las almas
En la época victoriana (1837-1901), en Gran Bretaña se cubrían todos los espejos de la casa cuando una persona recién fallecida iba a ser velada allí para evitar que su alma quedara atrapada.
Esta creencia se extendió por el mundo y también llegó a practicarse en Estados Unidos, China, Madagascar, Crimea y Bombay.
Hoy en día hay culturas que todavía ponen en práctica esta tradición, como los judíos, quienes durante el Shiva, periodo de luto que dura una semana, acostumbran a cubrir los espejos para que los difuntos no se pierdan en portales desconocidos.
Causante de mala suerte
¿Alguna vez le han dicho que romper un espejo acarrea siete años de mala suerte?
Pues esta creencia nació con los romanos, quienes decían que la vida de las personas se renovaba cada siete años.
Cuando alguien rompía un espejo, se decía que su alma quedaba atrapada en los trozos de cristal hasta que se renovara su ciclo de vida, y que la única manera de romper esa maldición era recogiendo todas las piezas para enterrarlas o lanzarlas a un río.
No obstante, en Pakistán creen todo lo contrario: que romper un espejo dentro del hogar es de buena suerte, pues representa la salida del mal para darles entrada a las bendiciones.
Oráculo para ver el futuro
¿Quién olvida la imagen de la madrastra de Blancanieves haciéndole preguntas a su espejo? Pues se dice que en el siglo III a. C. en Grecia, las brujas de Tesalia lo usaban como oráculo. Y en la Antigua Roma, los sacerdotes Specularis los utilizaban supuestamente para visualizar el pasado, presente y futuro.
Un portal que conecta con otro mundo
En la antigüedad, los aztecas lo fabricaban con obsidiana, un cristal volcánico de color negro que, según su cultura, estaba vinculado con el dios Tezcatlipoca, el señor de la noche, el tiempo y la memoria ancestral.
De este modo, creían que a través de los espejos esta deidad podía cruzar entre el reino terrenal y el inframundo.
Por otro lado, se sabe que los egipcios lo fabricaban con cobre pulido, el cual asociaban con la diosa Hathor, representante de la belleza, magia, amor, sexo y fertilidad.
El espejo mágico de Qin Shi Huang
En China se dice que la energía lunar es atrapada y canalizada a través de los espejos.
En el año 25 d. C. el emperador Qin Shi Huang (foto), el primero de la dinastía Qin, decía que su espejo era mágico, pues le permitía ver las cualidades internas de quienes se reflejaban en él.
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