Aunque cientos de miles de personas durante esta semana se arrepintieron de los llamados pecados emocionales, hay muchos que se les olvidó pedir perdón y no volver a cometer aquellos que le afectan el bolsillo, los llamados pecados financieros.
Y precisamente un grupo de expertos del banco BBVA identificaron cuáles fueron los pecados financieros más comunes que ponen en riesgo la estabilidad del bolsillo.
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El primero de esos pecados es obviar el presupuesto sobre todas las cosas. Es decir, que aunque es uno de los consejos más recurrentes cuando se trata de salud financiera, continúa siendo uno de los errores más comunes. La planeación previa siempre evita fugas de dinero, así que para los siguientes viajes es vital comprar tiquetes, reservar los hospedajes, destinar un buen porcentaje para alimentación, bienes, servicios y por supuesto, imprevistos.
El segundo, profanar la tarjeta de crédito. Si bien varias entidades financieras por estos días han anunciado la reducción de la tasa de interés, perder el control sobre el uso de la tarjeta de crédito se convierte después en un viacrucis para las finanzas. Este método de pago debe ser utilizado con mayor precaución y acorde al plan presupuestal que se haya considerado.
El tercero, la gula de las ofertas. Las promociones y las ofertas del comercio se convierten en una tentación, por lo tanto, los gastos hormigas se constituyen en una de las mayores salidas de dinero. Ante esto, es recomendable evaluar la compra de productos o artículos para que no terminen siendo adquisiciones innecesarias.
El cuarto pecado es no ahorrar. Aunque muchas veces el dinero no es administrado de forma estratégica, la época después la Semana Mayor puede convertirse en una oportunidad para ordenar la economía personal. Tener claro cuáles son los ingresos, egresos y excedentes facilitará el ahorro.
El quinto pecado financiero es aumentar deudas. Si bien muchas personas y familias llegan con arrepentimiento después de descansar y gastar de más, para los días siguientes es clave que lo que se destine sea el dinero disponible y no aquel que genere nuevas deudas que no se puedan suplir.
El sexto es ignorar las finanzas personales. No saber lo que está sucediendo con las finanzas personales; no estar al tanto de facturas y pagos; o no revisar los extractos bancarios puede llevar a pérdidas y gastos innecesarios. Por tal razón, antes de invertir los recursos en Semana Santa, es primordial tener claro la capacidad económica disponible.
Y por último, el séptimo es no estar preparado. Tener un fondo de emergencia es importante para hacer frente a situaciones inesperadas como gastos médicos que se puedan presentar durante las vacaciones de Semana Santa. En ese orden de ideas, contar con dinero para eventualidad permitirá evitar una situación financiera compleja en momentos de crisis.
Redacción Colprensa.
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