Encadenada a una reja de la Plaza de Bolívar de Bogotá, en la calle 11 con carrera 7 (La Candelaria), se encuentra hoy Johana González, una joven que lleva dos años y siete meses esperando el regreso de su hermana, Lizeth Dayana González. Esta última fue reportada como desaparecida ante las autoridades tras, presuntamente, ser reclutada de forma forzada por un grupo armado ilegal.
Lizeth, quien el pasado lunes cumplió 25 años, habría pasado todo este tiempo lejos de su familia entre armas y una lucha que no le compete. Con esta protesta, Johana busca que su hermana regrese a su hogar sana y salva.
Duro relato
“Yo me encadené desde el martes para exigir la verdad sobre el paradero de mi hermana. Queremos que vuelva y saber qué pasó con su desaparición y su caso de reclutamiento. Ella es una joven que participó en el estallido social, una artista muy comprometida. Participaba en un colectivo llamado Punto Renace, donde realizábamos periodismo comunitario apoyando a diferentes poblaciones. Durante el paro de 2021 estuvimos cubriendo todos esos hechos. Fue en medio de esto, el jueves 28 de abril de 2022, cuando Lizeth desapareció”, relató a Q’HUBO Johana González.
Según la joven, Lizeth, que entonces tenía 23 años, estudiaba inglés en un instituto cuando fue contactada por unas personas. Ese hecho marcó el inicio de su desaparición y el supuesto reclutamiento forzado.
“En ese momento estábamos reportando el estallido social, una lucha contra una pandemia mal manejada, la falta de acceso a los derechos humanos y a la justicia. El hambre obligó a la gente a salir. Mi hermana, por eso, estaba haciendo labores de activismo político. Es una defensora de los derechos humanos y en ese momento era muy reconocida en el Portal de Las Américas. A nosotros nos invitaron a cubrir unas movilizaciones en otros territorios fuera de Bogotá. Ella nos dijo que volvería en 15 días, pero esos 15 días pasaron y nunca volvió”, contó Johana.
Desde entonces, no supieron nada más de Lizeth hasta hace un año, cuando lograron contactarla.
“Nos dijo que ya no quería seguir allá, que le habían salido llagas en los pies. Incluso, nos comentó que les había dicho a los reclutadores que no quería estar más en ese lugar”, agregó.
Johana asegura que, pese a haber levantado la voz ante varias entidades para exigir la búsqueda de Lizeth y una investigación exhaustiva sobre su caso, no han recibido apoyo.
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“La verdad ha sido muy difícil, incluso para poner las denuncias, ya que nos han venido amenazando. Han publicado panfletos implicándonos en cosas que no hemos hecho. Solo queremos que mi hermana vuelva a casa sana y salva. Queremos que los grupos que están en diálogos con el Gobierno, en el marco de la implementación de la ‘Paz total’, nos devuelvan a mi hermana. También pedimos garantías para proteger a nuestra familia y que dejen de señalarnos en cosas que no hemos hecho”, concluyó Johana.
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