Ante la preocupación que aumenta por la sequía en los embalses que suministran agua en Bogotá, hay una tecnología que podría ser una solución ante la crisis.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, anunció que los embalses que suministran el agua a la capital estaban en un nivel muy bajo. Por esta razón, anunció que se implementará un racionamiento. La medida consiste en hacer cortes de agua por localidades.
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Ante la situación, han surgido alternativas que podrían ayudar a que el nivel del embalse suba; una es el denominado ‘Bombardeo o siembra de nubes’, el cual fue desarrollado por Vince Schaefer (químico y meteorólogo estadounidense) en 1946.
Esta medida fue usada en Bogotá en 1984, cuando el Gobierno de la época decidió pedirle ayuda a la NASA para inducir la lluvia artificial sobre los embalses. En dicha técnica se usa anhídrido carbónico o hielo seco para enfriar las nubes y condensar el vapor del agua, generando así lluvias.
Sin embargo, el meteorólogo Max Henríquez Daza afirmó que “el bombardeo realizado en ese año fue un fracaso; además, botaron a la basura 100 mil dólares que le pagaron al gringo”.
El ‘bombardeo de nubes’ también fue usado por países como Estados Unidos y China; este último ‘siembra nubes’ con yoduro de plata, elemento que logra reunir las nubes que estén cerca del área. Con este método, lograron en 2009 que se diera la primera nevada en Pekín desde 1987. Sin embargo, después de usarlo, China fue acusada por otras regiones cercanas de robar su nubosidad natural.
El proceso “es muy similar a cuando en la ducha el vapor se condensa en el espejo y se forman gotas. Es el mismo mecanismo de condensación en la atmósfera”, explica la investigadora Katja Friedrich, del departamento de Ciencias Atmosféricas y Oceánicas de la Universidad de Colorado (EE.UU.).
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Esta alternativa también ha sido implementada en México, donde usan aeronaves para esparcir la sustancia. En el proceso se llevaron a cabo 250 vuelos, los cuales permitieron que cayeran entre uno y dos tercios más de lluvia, lo que significaría entre el 35% y el 60%. No obstante, este resultado puede variar según las precipitaciones de la región.
‘El bombardeo de nubes’ podría llegar a ser una solución. A pesar de ello, hay que tener en cuenta que estos métodos podrían generar un daño a la atmósfera, primero por los numerosos vuelos que se deben hacer y segundo por las sustancias esparcidas.
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