La joven Silvia Juliana Manrique Palomino, de 20 años, perdió la vida cuando se desplazaba en una patineta eléctrica. Fue sepultada en la mañana de este sábado en Valencia, España.
A pesar de todos los esfuerzos realizados y de la colaboración de algunas personas de buen corazón, Ángel Manrique, el taxista bumangués que perdió a su hija en un accidente de tránsito en Valencia, España, no pudo asistir al último adiós.
El tiempo y el dinero jugaron en contra de este hombre de 44 años, quien buscaba despedirse de su hija Silvia Juliana Manrique Palomino, de 20 años. La joven vivía en España desde diciembre de 2022 con su mamá.
“Yo quise estar allá lo más pronto posible, pero todo lo di a conocer tarde, cuando ella ya había sido desconectada y el cuerpo empezaba a descomponerse. Averiguamos y tenerla en una nevera, eso valía una cantidad de dinero, donde no la había”, dio a conocer el progenitor.
Sin embargo, advirtió que gracias a Q’hubo y demás medios de comunicación recibió una ayuda económica por parte de algunas personas. Con este dinero viajará en los próximos días a visitar la tumba de su hija.
“La gente me ha llamado, colaborado, cosa que no pensé jamás. Lastimosamente, fue todo tarde, pero con seguridad viajaré la otra semana para ir a la tumba y acompañar a la mamá de mi hija, que ha estado sola en medio de todo esto, buscando también colaboración como yo lo hice”,
Silvia Juliana fue sepultada a las 11:45 a.m. (hora de España) de este sábado, 31 de agosto, en el Tanatorio Municipal de Valencia.
Así fue el trágico accidente de tránsito en España
Con una maleta cargada de ilusiones y en busca de un mejor futuro, Silvia Juliana Manrique Palomino viajó el 27 de diciembre del 2022 desde Bucaramanga hacia Valencia, España.
Tan solo unos días antes, ella acababa de graduarse como bachiller del Instituto Técnico de La Cumbre, en Floridablanca. A su corta edad, quiso emprender nuevos retos y salir de su ciudad natal.
Ángel Manrique contó que su hija laboraba en un café-bar y se había comprado una patineta eléctrica para desplazarse por las calles de Valencia.
“Eran como las 9:00 de la noche del 11 de agosto, hora de Colombia, y la madrugada del 12 en España, cuando estando yo en mi turno me llamaron a decirme que la niña había sufrido un accidente. Iba en la patineta y un carro la arrolló”, dijo en medio de la tristeza el progenitor.
El padre, según la información que le brindaron desde España, contó que su hija se desplazaba por un malecón, cuando en un cruce fue embestida por el automóvil que, presuntamente, iba con exceso de velocidad; 30 kilómetros por hora es la velocidad máxima permitida en esta zona.
“Tuvo fractura en las piernas, cadera, el estómago le botaba sangre y había quedado en coma. Esperábamos que luego de la cirugía despertara y mejorara de a poco”, agregó.
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Sin embargo, los días pasaron y pese al esfuerzo de los médicos, la joven de 20 años nunca mostró evolución. Por el contrario, el pasado 25 de agosto los especialistas le entregaron a la familia un diagnóstico irreversible.
“Después que el cerebro se le desinflamó, ella no respondió y los médicos dijeron que tenía muerte cerebral. Me hicieron una videollamada y me explicaron todo desde el hospital”, precisó el padre de la joven.
Hacia las 4:00 a.m., del miércoles, 28 de agosto (hora colombiana), Ángel Manrique recibió la triste noticia: su hija había fallecido tras ser desconectada del soporte vital.
Como Silvia habitualmente era una donante de sangre, su madre tomó la decisión de donar sus órganos y así poder darle una esperanza de vida a otras personas.
Redacción Q’HUBO Bucaramanga
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