Este viernes 6 de septiembre, cerca de 700 miembros de la comunidad Emberá, agrupados en 280 familias, iniciarán su retorno al Alto Andágueda, ubicado entre los departamentos de Risaralda y Chocó.
Así lo confirmó la directora de la Unidad para las Víctimas, Lilia Solano, durante un evento en Bogotá.
La funcionaria destacó que este proceso, que ha sido coordinado con diversas entidades del Gobierno nacional, marca un hito en la atención a las comunidades indígenas y representa un paso importante hacia la reparación integral de las víctimas del conflicto armado.
“Este es un esfuerzo conjunto para garantizar el retorno digno y sostenible de las familias Emberá a sus territorios ancestrales”, aseguró Solano.
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Por su parte, Martín Siagama, alcalde de Pueblo Rico, Risaralda, uno de los municipios que recibirá a las familias retornadas, expresó su satisfacción por este logro y resaltó el compromiso de su administración para brindarles todas las facilidades necesarias para su reincorporación a la vida comunitaria.
“Estamos listos para recibir a nuestros hermanos Emberá y trabajar juntos en la construcción de un futuro mejor para todos”, afirmó el mandatario local.
Por su parte, Fabio Arias Tebes, líder Emberá del Parque Nacional y representante de la Asociación de Cabildos Indígenas por Colombia, expresó: “Hoy estamos contentos de poder retornar a nuestro territorio, a nuestra familia. Exigimos retornar con garantías”.
Además del retorno de estas 280 familias al Alto Andágueda, 39 hogares serán reubicados de manera temporal en otros lugares, mientras que 11 personas se integrarán a la vida en Bogotá.
La Unidad para las Víctimas, en coordinación con entidades como el Instituto Nacional de Vías (Invías) y los ministerios del Interior, Vivienda y Agricultura, concertó los acuerdos necesarios con las familias Emberá para asegurar el cumplimiento de los compromisos del Gobierno.
El proceso de retorno comenzará con un acto de despedida en el Parque Nacional, que incluirá una ceremonia espiritual y una olla comunitaria para compartir entre las entidades gubernamentales y las comunidades indígenas.
Luego, se organizará el equipaje y los enseres, y se repartirán las lonas necesarias para el traslado de las familias a Pueblo Rico, Risaralda, desde donde continuarán su camino hacia sus resguardos ancestrales.
Redacción Colprensa
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