A Rosalina Gómez la vida le dio un giro de 180 grados al ver una vacante de trabajo a través de redes sociales, una oferta tan buena que le pareció difícil de creer que fuera cierto.
Rosa, como le dicen sus compañeros, le contó a Q’HUBO su historia y cómo llegó a la mecánica, una profesión que ama desde el fondo de su corazón.
Una oportunidad que le cambió la vida
Gómez estudió cosmetología integral y montó su negocio; sin embargo, después de tener a su hija decidió dejar a un lado esta profesión y buscar un trabajo que le permitiera una mejor estabilidad económica.
“Yo me enteré de la oferta de trabajo por las redes sociales. Cuando vi el link decía ‘ven y sé parte de nuestro programa sin tener experiencia’, yo me preguntaba ¿cómo una empresa contrata a alguien sin tener experiencia? -para Rosa parecía de mentira, como si fuera una estafa- ahí me animé a enviar la hoja de vida, luego me llamaron para la entrevista, me citaron de nuevo y pasé cada uno de los filtros para participar, yo pensaba ‘este es un sueño’ porque en Colombia ninguna empresa te va a contratar si no tienes tres o cinco años de experiencia, pero mire, hoy en día, terminé mis estudios en el Sena y trabajo en el consorcio de construcción”, relató Rosa sobre cómo conoció el programa ‘Semillero Rosa’ -de su mismo nombre dice su jefa Jenny-, el cual le dio la oportunidad de conocer el mundo de la mecánica y crecer profesionalmente.
La mecánica llegó a su vida para quedarse
“Es una actividad muy bonita porque realmente en el momento en que estás allí, te das cuenta de lo satisfactorio que es mirar un motor, desarmarlo, estudiar cada parte de él y analizar hasta llegar al problema de la máquina o el equipo” manifestó Gómez quien habló con amor y en versos como si estuviera haciendo un poema de su más grande amor, una profesión que nunca espero ejercer, pero actualmente se desempeña como mecánica en la construcción del tercer carril Bogotá – Girardot.
Su sueño va de la mano de la mecánica
“Mi sueño y mi mayor proyecto, ojalá se dé más adelante, es tener mi negocio, montar un centro de diagnóstico automotor. Además, también es una oportunidad para ofrecerle un trabajo a otras personas que los necesitan” dijo Rosa.
Gómez le demuestra a sus compañeros y a toda una sociedad que las mujeres pueden ocupar cargos “para hombres” y son más que una madre, hermana e hija, son todas unas berracas.
El semillero Rosa, transformando vidas
Este programa laboral y académico es una iniciativa que viene de VINCI Constructions, que busca formar a mujeres en áreas de mecánica, soldadura, oficiales de obra, operación de vehículos pesados – tipo volqueta y maquinaria pesada, que le da a las mujeres la oportunidad de ocupar cargos que suelen ser considerados solo para hombres.
“Ellas duran nueve meses en su proceso de formación dedicada solo a estudiar mientras reciben un salario, el plus que tiene este programa; además, les garantizamos laboralmente su estabilidad durante un año. Es un programa de innovación social donde lo que buscamos es tener una relación laboral y académica, y darles una oportunidad a las mujeres para que entren al sector de la construcción”, manifestó Jenny Gwinner Peña, líder y creadora del programa semillero Rosa, y gerente de Recursos Humanos del consorcio constructor del tercer carril Bogotá – Girardot.
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