Las fuertes e inclementes llamas que se apoderaron de la parte alta de dos humildes viviendas del barrio La Esperanza (Chapinero), en la carrera 7 Este con calle 94, dejaron calcinados los sueños y el fruto del trabajo de una madre cabeza de familia que durante 25 años luchó por sacar adelante a su familia en esta alejada zona de Bogotá.
Esta valiente mujer, quien logró criar a tres hijos, ahora busca cómo empezar de nuevo luego de que un inesperado incendio, que comenzó en la casa de doña Ruth Santa, consumiera por completo ambas edificaciones.
Duro relato de doña Ruth
Según relatan los testigos, a las 2:00 p.m. del sábado, una fuerte llamarada que salía del techo de láminas de lata de la casa de doña Ruth alertó sobre la tragedia que se cernía sobre esta humilde familia.
“Nosotros vimos que las llamas salían desenfrenadas de esa casa, y en menos de diez minutos se pasaron a la casa de al lado. Por eso empezamos a llamar a los bomberos, pero al ver que no llegaban, varios amigos de los hijos de la señora empezaron a hacer hasta lo imposible por controlar el incendio”, relató un residente de la zona a Q’HUBO.
Pocos minutos después de que la conflagración comenzara, una vecina alertó a doña Ruth, quien estaba trabajando en el barrio 12 de Octubre (Barrios Unidos), sobre el hecho que cada segundo consumía el patrimonio familiar de esta mujer.
“En la casa vivía con mis tres hijos, mis dos nietos y mi pareja actual; además, teníamos un perrito y un gato recién nacido. Una amiga fue quien me llamó como a las 2:30 p.m. a decirme que la casa se me estaba incendiando. La verdad, no lo creí, pero cuando vi que era en serio, en el trabajo me pagaron un carro que me trajo hasta acá. Cuando llegué ya estaba casi todo vuelto nada”, comentó Ruth a Q’HUBO.
Según ella, llegó alrededor de las 3:30 p.m., cuando el fuego ya había consumido por completo su vivienda y la del vecino de al lado, un hombre de 40 años que salió de su hogar llorando, sin que nada le hubiera quedado para salvar.
“Cuando llegué, los bomberos estaban terminando de apagar las pocas llamas que quedaban. Ellos llegaron cuando los vecinos ya habían apagado casi todo. Por fortuna, las llamas no alcanzaron la casa de al lado, donde nos están dejando quedarnos. Funcionarios de Idiger llegaron y nos dieron varias cositas que nos sirven, porque solo nos quedamos con la muda de ropa que teníamos. En esta casa llevábamos 25 años viviendo porque mi mamá me regaló ese lote, y entre ella y yo levantamos la casita con nuestras manos. Pero lo perdimos todo“, dijo doña Ruth.
Y añadió: “Cuando entramos, hasta mi hijo convulsionó al ver que habíamos perdido todo y que el perrito y el gato estaban muertos. Eso fue terrible. Solo esperamos que nos ayuden a reconstruir nuestro hogar, solo pedimos ayuda con materiales para poder salir adelante, porque aunque nos están ayudando, nos tocó salir a pagar arriendo luego de estar en nuestra casa propia. Espero que podamos tener nuestra casa bien hecha para que esto no vuelva a pasar. Ojalá la alcaldía o alguien de la comunidad nos ayude con víveres y alimentación, porque debido a esto no hemos podido trabajar. Yo trabajo por días, pero estamos buscando qué hacer para salir adelante”.
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