Querer es poder, no hay refrán más acertado que este en la vida de Samuel Rodríguez, un santandereano de 18 años que desde muy pequeño soñó con tener su propia empresa dedicada a la tecnología y el desarrollo de software.
Hoy en día, sin necesidad de tener un título universitario, se da el lujo de decir que es el emprendedor más joven del país, cuya empresa factura cerca de $ 600 millones al año, y mensualmente reporta un crecimiento del 8 y 10 %.
Su idea de negocio surgió en 2015, pero solo hasta el año pasado fundó Tecnopac con 300 mil pesos que le prestó su papá, los cuales invirtió para comprar el hosting y el dominio web.
“Siempre estuve muy direccionado al emprendimiento, por mi entorno, por lo que había leído y por esas personas que admiraba (Steve Jobs y Bill Gates).
Sé que quería un negocio para dedicarle mi vida, pero a la vez quería mezclarlo con lo que sé hacer bien y me gusta, que es la tecnología y el desarrollo de software. Desde muy pequeño me apasionaba el tema, me parecía mágico. Fusioné ambas cosas y así nació Tecnopac”, relató este joven visionario.
Sus conocimientos los adquirió en internet, donde se inscribió a cuanto curso gratuito relacionado al tema encontró y gracias a tutoriales de YouTube. Con esta base comenzó a poner en práctica sus conocimientos y de allí se animó a diseñarles páginas web a pequeños emprendedores y empresarios.
“Mi primer cliente fue una empresa de turismo que recién estaba empezando. Llegué allí gracias a un amigo que les dijo que yo diseñaba páginas web, pero lo que querían ellos era un blog para mostrar un poco las experiencias que tenían. Me pagaron 350 mil pesos, 300 mil se los devolví a mi papá y me quedé con 50 mil”, reveló.
Y aunque entró becado a la Universidad de La Sabana para estudiar Ingeniería Informática, tuvo que pausar esta carrera para seguir creciendo con su compañía, a la que le quiere dedicar el resto de su vida.
No la vio tan fácil…
Como era de esperarse, su edad es una ventaja, pero a la vez un punto débil, pues algunas empresas prefieren apostarles a personas con mayor experiencia y conocimientos.
“En el mundo de los negocios ser joven es una desventaja muy marcada. Nos han cerrado las puertas en la cara cuando tenemos todas las de ganar o somos la mejor opción, simplemente porque soy demasiado joven o no tengo experiencia.
He tenido que aprender muchas cosas y muy rápido para estar a la altura de las personas más adultas y los gerentes de otras empresas. Cada que me presento lo único que omito es mi edad, esperando que crean que soy mayor para no generar esa primera impresión de: ‘este pelado no sabe lo que está haciendo’, o ‘voy a perder la plata y el tiempo’”.
Aún así, Samuel se proyecta como uno de los desarrolladores web más importantes del país y sueña con ayudar a la digitalización de la documentación pública de nuestro país.
“Mi meta en 2022 es crecer a 50 o 55 empleados y hacer cosas innovadoras dentro y fuera del país para hacer una diferenciación con otras compañías de software”, concluyó.
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