Como a muchos jóvenes de hoy en día, Dale Saint Cullen, un británico de 28 años, se le ocurrió poner su vida y su cuerpo en manos de los cirujanos, pues se había obsesionado con los estándares de belleza que veía desde su computador y su teléfono, y estaba dispuesto a alcanzar por ese medio su felicidad.
Y aunque en principio pensó en hacerse un pequeño retoque, terminó haciéndose varias cirugías y recorriendo en el mundo en busca de esa satisfacción de verse bien y de agradarle al mundo, a tal punto que hoy reconoce haber gastado 25.000 libras esterlinas, lo que para nosotros viene siendo más de $131 millones.
Hoy Dale cuenta con cientos de admiradores en sus redes sociales, con quienes compartió una reciente confesión: no se siente completo ni feliz a pesar de sus cirugías, pues estas lo han llevado a no sentirse identificado con lo que esperaba. Ante esto ha recibido voces de apoyo y lo han calificado no solo como alguien hermoso, sino también de buen corazón.
Le lavaron de cerebro
Antes de convertir su apariencia, Dale Saint Culen a sus 23 años llevaba la vida de un joven cualquiera: compartía con sus amigos y tenía planes de salir adelante, sin embargo, según le contó al diario The Mirror de Inglaterra, recuerda que le picó la curiosidad por hacerse un retoque estético en su rostro, esto luego de ver que en las redes sociales todo era perfección. Los rostros bellos, según él, le “lavaron el cerebro”, y fue así como resultó sometiéndose a su primera cirugía, (una rinoplastia) para modificar su nariz.
El joven que se crió en la ciudad de Northumbria no se sintió pleno con el retoque, pues las redes sociales lo seguían bombardeando, y se le metió en la cabeza la idea de tener cierta apariencia física.
Yo quería ser perfecto”, dijo el joven que hoy tiene 28 años y trabaja en una empresa de acueducto de su ciudad.
El camino de las cirugías
En sus redes sociales Dale bromea sobre su transformación. “Me gusta llamarlo…. de Bulldog a Husky”, escribe con gracia. Y es que para llegar a un cambio que muchos de sus seguidores adulan, el británico se ha sometido varias veces al cirujano, para lo cual emprendió toda una travesía. Salió de viaje a países como Polonia o Turquía para someterse a estas cirugías.
“Le mostraba a los doctores unas fotos de personas que veía en Instagram y me parecía que tenían una figura perfecta”, señala Dale, quien cuenta que durante cinco años se sometió a cambios en su barbilla, mandíbula, labios, e incluso ha cambiado sus dientes.
“Caí en un círculo vicioso en el que frecuentemente decidía cambiar mi apariencia física”, dice.
Una reflexión para los jóvenes
En junio de este año se hará una nueva operación, aunque no duda en expresar su decepción, no por su figura actual, que de hecho afirma, es la que quería, sino por haberse dejado seducir por la “falsa realidad” que venden las redes sociales.
“Me tomó un tiempo darme cuenta de que no es así como se ven en la vida real. Me di cuenta de que nunca lograré lo que estoy buscando. Realmente debes amarte a ti mismo desde adentro”.
Dale dice que es necesario compartir su mensaje con los jóvenes para que se amen tal como son, y no considera que el problema sean las redes sociales, “estoy a favor de seguir la tendencia, pero no cuando eso significa que tienes que cambiar toda tu cara”.
