En los últimos días el país fue testigo de los macabros hechos en los que la propia familia de Maximiliano Tabares, de 6 años, lo sacrificó en Segovia (Antioquia) para encontrar una supuesta mina de oro. Pero, ¿en realidad esto fue ejecutado por una secta satánica?
Q’HUBO contactó a Alexánder Torres, director de la Academia de Parapsicología Urantia, quien analizó en detalle cada elemento que encontró la Policía para hacer un ritual de ocultismo y si, efectivamente, uno de los capturados estaba poseído por un demonio.
Libros de magia
Entre los elementos incautados hallaron varios textos esotéricos.
“Esos libros son muy básicos. Allí había un libro de San Cipriano que es muy antiguo y tiene unas oraciones y trabajos para supuestamente invocar seres de oscuridad, pero realmente piden unas cosas inimaginables, como por ejemplo tres pelos de araña, la quinta pata de un gato, unas cosas que en Colombia no se consiguen y resultarían muy costosos por encargo”.
¿Ritual diabólico?
“Dentro de la oscuridad hay fechas muy importantes, y una de ellas es el 31 de octubre; pero el sacrificio del niño ocurrió en septiembre. Yo veo que no tiene relación con un ritual satánico, porque se hubieran esperado hasta la noche del 31 de octubre”, nos explicó el experto, por lo que desde su punto de vista ‘Los carneros’ no tenían conocimiento del tema.
Consecuencia espirituales
Para Alexánder, las consecuencias de las personas que practican el satanismo son irreparables.
“Su evolución cárnica es en total oscuridad, es decir, una vez fallecen quedan atrapados en el plano astral y se convierten en seres tan oscuros, que se convierten en súbditos del demonio y nunca más podrán hallar la luz”.
¿Posesión o puro show?
Al momento de ser capturado, alias ‘Orejas’ comenzó a revolcarse en el piso, lo que muchos interpretaron como una posesión diabólica.
“En lo poco que se observa en el video, si fuera una posesión ni siquiera entre tres policías lograrían controlarlo. Una persona poseída puede cambiar su voz, pero para detectarlo se necesitaría grabarla para analizar los decibeles. Es un análisis demasiado profundo para llegar a alguna conclusión”.
Muñeco de vudú
Este elemento lo encontró la Policía debajo del colchón de alias ‘Orejas’, líder de la secta y padrastro de Maximiliano. “Ese muñeco, así como está, no tenía un trabajo de la tradición vudú. Es como si hasta ahora lo estuvieran preparando para causar daño. Hay que analizar qué tiene el muñeco por dentro, con qué fue hecho, porque si contiene ciertos artículos, ahí sí podríamos hablar de un trabajo real”.
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