En julio aumentaron los niveles de severidad en las agresiones en medio de robos.
Durante los últimos meses la ciudad ha tenido, como es bien sabido y ampliamente diagnosticado, un alarmante alza en los índices que miden la actividad delincuencial y, en consecuencia, una cada vez más elevada percepción de inseguridad en el grueso de los millones de habitantes de Bogotá.
Pero no es solamente eso, en el caso específico del hurto a personas, uno de los delitos que más impacto tienen a diario, una de las aristas que de allí se desprenden tiene que ver con los desmedidos e inusuales niveles de violencia que se han venido presentando en varios eventos de robo: ataques indiscriminados con arma blanca, víctimas baleadas, algunas incluso con pérdidas de algún órgano por las heridas causadas, o incluso, tal y como sucedió en un atraco en la localidad de Kennedy, la víctima fue agredida con un bate para que los delincuentes lograran su cometido.
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Ante semejante panorama recopilamos algunos de los casos más dramáticos y hablamos con un experto en temas de seguridad y conflicto, quien nos dio luces sobre la actual situación que vivimos quienes residimos en Bogotá.
Esfuerzos insuficientes
Si bien las estrategias implementadas por la Secretaría de Seguridad como el Comando Nocturno, por ejemplo, han funcionado con respecto a cifras de capturas e incautaciones, las estructuras macro del crimen en Bogotá siguen campeando la ciudad. La ciudadanía siente que los esfuerzos no alcanzan y que la impunidad impera.
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Violencia Ejemplarizante
Uno de los recientes casos ocurrió el pasado 22 de julio en la localidad de Kennedy. Un hombre de 55 años fue abordado por un sujeto que lo sorprendió por la espalda y armado con un bate la emprendió a golpes contra su víctima.
¿Cómo se explica la saña de los delincuentes en este y los demás casos expuestos en esta página? Hablamos con Nelson Rosanía, periodista experto en temas de seguridad y conflictos, quien nos explicó este tipo de comportamiento criminal.
“Para explicar ese fenómeno no existe una respuesta única. Tenemos claro que en Bogotá, a partir de la llegada del ‘Tren de Aragua’, empezamos a evidenciar lo que se conoce como Violencia Ejemplarizante, que consiste en tener un altísimo nivel de violencia para mandar un mensaje tanto a los enemigos como a los aliados. Y eso se ha convertido en un patrón”.
De acuerdo con Rosanía, este patrón se mueve a la par con las disputas territoriales y las rentas ilegales, lo que explica por qué los casos de hurtos con violencia desmedida ocurren en las localidades con más altos índices criminales. Hecho que si bien no es una regla, aplica en la mayoría de casos.
“Lo que esta metodología del crimen propicia en la sociedad es un disparo en los casos de la llamada ‘justicia por mano propia’, situación que obedece a una natural respuesta a la violencia motivada por la sensación de abandono de las instituciones y de impunidad con la administración de justicia. La seguridad en la administración López fracasó, no había una estrategia en términos de avances importantes en inteligencia y en tecnología; por ejemplo, la petición siempre fue pedir más policías para que patrullaran las calles, pero las bandas siguieron operando y fortaleciéndose. Eso generaría un efecto globo, es decir, que se pueden terminar sitios físicos y lugares del crimen, pero la situación de criminalidad no solo sigue igual sino que se expande. Un ejemplo claro de ello es el Bronx”.
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