Dentro de una Toyota color vinotinto con blanco estaba al volante José Ferney Suárez Cortés y a pocos metros suyo -en el asiento del copiloto- permanecía sentado un misterioso sujeto que llevaba escondido en su chaqueta un revólver, el cual usaría después para asesinar al conductor.
Minutos antes de que José Ferney fuera asesinado dentro del mismo vehículo que conducía para ganarse la vida desde hacía varios años, saludó a un conocido que se encontró en una de las empinadas lomas del sector de Santa Cecilia, en Usaquén, escena que retrasó su triste final.
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Dicen que su verdugo, que iba a su lado, sabía cómo iba a perpetrar el crimen, pues lo tenía fríamente calculado, a tal punto que hasta el cierre de esta edición se desconoce su paradero y su identidad, tal como afirmaron ayer las autoridades de la localidad y los mismos vecinos.
Suárez Cortés fue impactado de un tiro en la cabeza y minutos después fue llevado por un allegado hasta el Hospital Simón Bolívar, en donde horas más tarde perdió la vida.
Crimen en la loma
José Ferney era bastante conocido en el sector en el que fue asesinado porque llevaba mucho tiempo trabajando como conductor informal de estos carros que transportan, todos los días, gente para arriba y para abajo en las lomas de Cerro Norte.
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Dicen que el joven de 29 años había recibido amenazas porque, supuestamente, estaba teniendo problemas con una de sus exparejas y, cuentan en el barrio y las autoridades, que por esta razón terminaron asesinándolo la noche de este miércoles.
“El occiso tenía amenazas por parte de una persona, además contaba con antecedentes judiciales por lesiones personales, violencia intrafamiliar e inasistencia alimentaria. Creemos que se trata de una venganza, pero estamos investigando”, le dijo ayer a Q’HUBO la Policía.
El crimen se perpetró a eso de las 9:30 de la noche de este miércoles a la altura de la Calle 163 con Carrera 2 Este. Aseveran que el verdugo se subió al carro minutos antes de asesinarlo, cruzaron un par de palabras y después sacó el revólver, le apuntó en la cabeza y apretó el gatillo.
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Minutos después del crimen, la víctima fue trasladada al centro asistencial, pero allí se confirmó su muerte pasadas las 3 de la madrugada de ayer.
“El muchacho iba conduciendo hacia abajo, no sabemos si era que conocía al man que le disparó o se estaba haciendo pasar por un pasajero para poder subirse al carro y matarlo. Nosotros escuchamos solo un disparo y al salir, vimos que una camioneta estaba incrustada contra una fachada”, le dijo ayer a Q’HUBO una residente de la zona.
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Como José Ferney iba manejando cuando fue impactado, el carro se rodó y terminó incrustado en el barranco contra una casa. Allí permanecía hasta la mañana de ayer, a la espera de que llegara una grúa a recogerlo.
La escena permanecía acordonada ayer y era custodiada por los seres queridos de la víctima, quienes lloraban y lamentaban lo ocurrido, al mismo tiempo que varios curiosos presenciaban la escena y cuchicheaban entre ellos sobre el crimen.
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De fondo, se escuchaba la canción ‘Cruz de madera’, del grupo de música norteña Los Rayos; “Y si al correr de los años mi tumba está abandonada, y aquella cruz de madera, ya la encuentran destrozada, remarquen las iniciales de aquella cruz olvidada, junten la tierra y no olviden que el que muere, ya no es nada”…
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