En el minuto 90 del partido de la Selección Colombia, justo cuando Mina marcó un gol, el verdugo de Ómar se giró para observarlo, sacó el revólver que tenía escondido en la pretina del pantalón y sin piedad le disparó en tres oportunidades, al mismo tiempo que a su alrededor una multitud de hinchas festejaba el marcador.
En medio de los gritos de la gente y los abrazos de celebración, el homicida huyó por las calles del sector de Santa Librada (Usme) y dejó atrás a su víctima agonizando en la entrada de un establecimiento público. Quienes estaban a pocos metros de Ómar se percataron de lo ocurrido cuando él ya estaba agonizando en el suelo.
“Como si se tratara de una casualidad, en el momento en que le metieron el gol a Ecuador fue que le dispararon. No sabemos si fue el ruido de la gente y todo eso, pero nadie escuchó los tiros, no tenemos claro si es que lo asesinaron con silenciador, pero lo cierto es que cuando ya pasó el festejo es que comenzaron a gritar pidiendo una ambulancia, porque el muerto era muy conocido por aquí”, le dijo a Q’HUBO un comerciante de la zona.
Las autoridades llegaron minutos después al establecimiento después de que la comunidad les reportó lo ocurrido, con el fin de auxiliar a la víctima, pero ya era demasiado tarde: el joven ya yacía sin vida en el suelo.
Crimen en el bar…
Dicen que Ómar tenía algunos problemas con personas del sector que le debían dinero, pues él era un reconocido prestamista de la zona. Se presume que uno de sus deudores, y con quien habría sostenido un altercado, estaría detrás de su lamentable asesinato.
Ómar había llegado pasadas las 5 de la tarde a un bar ubicado en la Calle 74C sur con Carrera 12, saludó a un par de amigos y se paró en la puerta para ver el partido que estaba disputando la Selección Colombia contra Ecuador.
“Nos sentimos muy tristes por lo que está pasando, porque ahora llegan a matar hasta al bar, delante de tantas personas… esto es difícil de asumir. Apenas pasó todo, el sicario salió corriendo y unas personas dijeron que una moto lo estaba esperando aquí a la vuelta”, agregó un testigo del hecho.
Al cierre de esta edición, no habían pistas del sicario ni de su cómplice, pero el asesinato de este prestamista tiene consternados a los habitantes de Santa Librada, quienes tristemente fueron testigos de este atroz ataque cuando el reloj marcaba las 6 de la tarde de este jueves.
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