La soleada mañana de ayer comenzó con un agitado homicidio detrás de la gran central de Corabastos en Kennedy. Las cuentas clandestinas de líneas de microtráfico y relacionadas con el bajo mundo se siguen pagando con sangre, a todas horas, en el barrio María Paz, esta vez cerca a la puerta 6 de la reconocida central de alimentos.
Un hombre fue abordado por la espalda por un sigiloso sujeto que apuntó sobre la víctima desprevenida. Le bastó un solo tiro, en la cabeza del hombre, para cumplir su cruel tarea. Si los muros de la famosa central mayorista ‘hablaran’, contarían las verdades ocultas de incontables homicidios que están ocurriendo en el sector, pero ayer esto no fue necesario, pues el sicario fue detenido a los pocos minutos. La zona estaba rodeada por policías que escucharon la detonación y tras una persecución atraparon al criminal con arma en mano.
La reacción fue tan rápida que incluso el muchacho herido alcanzó a ser auxiliado por las autoridades, quienes lo trasladaron a la Clínica de Occidente, pero el proyectil había atravesado su cabeza comprometiendo nervios centrales. El joven llegó sin signos vitales y murió sobre las 9:15 de la mañana.
El homicidio ocurrió en una calle principal que colinda con Abastos, cuando el muchacho de unos 25 a 30 de edad caminada por un andén del cual se eleva un mural totalmente pintado con consignas de paz, originalmente para esparcir esperanza en esta calle. Se trata de la Calle 82 con Carrera 39A Bis. La vía tuvo que ser cerrada deteniendo el flujo de bicitaxis, camiones con papa y carretas de reciclaje.
Crimen y captura…
En el momento en que el disparó retumbó sobre las 9 de la mañana de ayer, una señora freía empanadas en la esquina, mientras que frente a la casa donde ocurrió el homicidio, un abuelito cocinaba el desayuno para unos 5 niños que viven en una humilde casita, y varios trabajadores y recicladores atravesaban la calle.
Todos quedaron impactados en un inicio, pero pasaron los minutos y las personas atravesaban la zona acordonada, incluso pisando la sangre, como si ese pequeño teatro de muerte no los sorprendiera en lo absoluto.
“Estaba haciendo el desayuno para los niños cuando sonó eso, supe que era un disparo pero ante eso uno solo lo que hace es esconderse y mandar para atrás a los niños. El que se asoma lleva”, sentenció ayer el abuelito que escuchó el disparo. Curiosamente, el joven cayó malherido frente a un gran grafiti de una camioneta en cuyas leyendas se lee “paz” y “dignidad”, dos palabras que por más estampadas en los muros del barrio no reflejan en para nada la cruda realidad que se vive por esos lares.
Fue una inspección de policía difícil. Poco espacio y mucha gente cruzando la zona. Unos seis uniformados custodiaban la cuadra mientras sus compañeros auxiliaban al herido y otros más capturaban al criminal.
“Patrulleros que rondaban las cuadras alcanzaron a escuchar la detonación; inmediatamente reaccionan y dan cuenta del recorrido que hizo el homicida: volteó una cuadra a la izquierda y otra a la derecha y fue alcanzado y reducido rápidamente. En sus manos portaba un revólver calibre 38”, comentó a Q’HUBO un policía del sector.
El detenido tiene 33 años y fue plenamente identificado. De otro lado, su víctima era un joven de Venezuela cuya identidad no pudo ser esclarecida hasta el cierre de esta edición. Las autoridades están ya dando ejemplo a la hora de dar captura en estos hechos de violencia y cada día la presencia de las autoridades es más abundante en este punto crítico de la capital.
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