“Yo escuché más de cinco disparos, seguramente el sicario le descargó toda el arma porque escuchamos varios tiros. Muy triste, este barrio se está volviendo muy complicado. No lo conocí mucho, pero el finado era un duro para jugar fútbol”, fueron las palabras de un comerciante del barrio Villa Mayor (en Antonio Nariño) al que Q’HUBO le indagó a propósito de un homicidio que sucedió al finalizar la tarde del sábado en una barbería del sector.
Un hombre de 28 años fue acribillado mientras le cortaba el cabello a un cliente. Esta es la historia.
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“Evidentemente venían por él”
Fue la frase con la que el testigo que este medio entrevistó ayer finalizó su testimonio. Y es que la saña del crimen fue evidente: al hoy occiso prácticamente le descargaron un arma, el sicario se aseguró de que su víctima muriera en el lugar. Y así fue. El hombre no alcanzó a ser llevado a un centro asistencial.
Todo ocurrió cerca de las 6 de la tarde del sábado. Sandy Arellano, según vecinos del sector, llevaba poco más de un mes en la zona y hacía poco había regresado de una temporada que pasó en Estados Unidos.
Él solía hacer turnos esporádicos en la barbería donde fue ultimado y en esas estaba cuando sucedió el crimen. Dicen los testigos que un muchacho había pagado para hacerse un corte de cabello en el lugar y Sandy lo atendió.
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El cliente iba acompañado de su madre, cuando el sicario irrumpió en el local comercial, la víctima se encontraba realizando su trabajo, el pistolero llegó al sitio caminando y procedió en su macabro plan. Desenfundó un arma de fuego y sin mediar palabra ni reparar en la presencia de las otras personas, sobrevino la sangre: una seguidilla de disparos conmocionó a los presentes, el cliente apenas pudo brincar de su silla y las demás personas se tiraron al suelo en busca de refugio.
Varios disparos impactaron certeramente la humanidad de Sandy Aníbal Orellano. Aunque las versiones son disímiles, varios testigos coinciden en que fueron al menos 5 los disparos que se escucharon en la Calle 37 Sur con Carrera 33ª, en inmediaciones del centro comercial Centro Mayor.
El sicario salió caminando en dirección de un vehículo que lo esperaba y en el cual escaparon junto a su cómplice. Mientras tanto, en la barbería todo era caos, el herido se debatía entre la vida y la muerte mientras los atónitos espectadores realizaban esfuerzos ciegos para intentar contener la escandalosa hemorragia a la par que daban aviso a los uniformados del CAI más cercano sobre lo que acababa de pasar.
Los disparos fueron implacables y cuando los uniformados hicieron presencia en el sitio se encontraron con que el hombre al que iba dirigido el ataque sicarial acababa de fallecer. Tenía 28 años.
Las investigaciones apuntan a dilucidar si el crimen tiene que ver con rencillas por viejas riñas en las que Arellano habría tenido alguna incidencia o si es un problema relacionado con dinero.
En la zona del crimen hay varias cámaras de seguridad que habrían captado el momento del ataque y el posterior escape de los responsables. La policía se encuentra recaudando el acervo probatorio para dar con el vehículo que usaron para perpetrar el crimen.
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