“Solo quiero que mi hijo aparezca, tenerlo aquí bien conmigo”, rompía en llanto sobre la tarde de ayer la angustiada madre de Sergio Andrés Suárez Vargas, un joven de 22 años trabajador de la Central Mayorista de Abastos, quien desapareció de manera enigmática en las vías de Cundinamarca, cuando retornaba a su hogar.
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En el barrio La Independencia de Bosa siguen esperando a Sergio de regreso, o por lo menos algún indicio de que el muchacho está sano y salvo. Las circunstancias de su desaparición preocupan: el automóvil negro en el que volvía de un viaje de Medellín, el cual había emprendido hace unos días con unos amigos, fue encontrado la noche del miércoles accidentado y abandonado en el kilómetro 36, entre Puerto Salgar y Guadas.
De Sergio no fue hallado ningún rastro en inmediaciones donde hallaron el automóvil y ahora su familia no hace más que preguntarse: ¿qué le paso al muchacho y dónde esta?
¿Dónde está Sergio?
“Yo creo que a él me lo botaron en una zona montañosa. No sé cómo toca buscarlo, pero yo necesito que aparezca”, decía su madre ayer a Q’HUBO, en medio del dolor de la pérdida de su hijo.
Y es que la señora mencionó sobre el caso de su hijo que “él se fue con unos amigos (el día miércoles). Iba todo feliz porque iba a ver un partido del Nacional en Medellín. Eso de entrada me pareció raro, porque él nunca ha sido hincha de ningún equipo de esos”, reiteró la madre de Sergio.
La mujer presentía algo malo y le preguntó a su hijo: “¿por qué se va para allá tan lejos? Mejor no vaya por allá”, pero Sergio quería ir abordo de su Spark GT negro. Aún no es claro si el joven alcanzó a llegar a la capital antioqueña. Eso sí, su madre nunca dejó de llamarle para saber cómo estaba.
“Yo hablé con él en la madrugada (del miércoles) por videollamada y me había dicho que iban a seguir derecho a Medellín, pero yo le insistí que mejor se quedaran en un hotel de paso para descansar. Él medio se disgustó y los amigos también. El caso es que acabó peleado con ellos y me dijo que se iba a devolver para la casa. Se vino solito y yo le dije: “que Dios me lo cuide”, ¡y ojalá Dios me lo esté cuidando!”, relató aguantando las lágrimas la progenitora.
Ayer las autoridades seguían buscando en pueblos cercanos si Sergio había aparcado allí. Pero algo tuvo que suceder con su carro, ya que este fue encontrado con el parabrisas roto y abolladuras en el frente. Se cree que el muchacho se accidentó, solo que no se sabe a dónde fue a parar él.
Por este motivo, la familia agradece cualquier información que pueda guiar al paradero de Sergio. Si sabe algo puede comunicarse a los siguientes números: 313 3353459 – 311 8935369. Solo llame si es algo relevante.
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