En 2018 Andrea Cortés hizo historia al convertirse, luego de que su cambio de nombre fuera aceptado, en la primera mujer policía transgénero de la historia del país. Desde ese entonces, la oficial de 26 años se convirtió en el ícono de la igualdad en la Policía Nacional, y en una referente de inspiración y lucha para las personas que deciden transformar su identidad sexual.
Gracias a ello, su carrera al interior de la institución se desarrollaba sin ningún contratiempo, hasta que el pasado mes de junio la cajera de una droguería ubicada en el Centro Comercial Titán Plaza (en Bogotá) la denunció por el delito de robo, ya que, según la versión de la empleada, Cortés se habría ido del negocio sin pagar una crema para los ojos.
Frente a tal acusación, la patrullera salió a defenderse inmediatamente de lo que, para ella, es una versión falsa e infundada que atenta contra su reputación. Esto es lo que sabe hasta el momento de los hechos que son todavía materia de investigación.
Una dura carrera para ser aceptada
Aunque Andrea Cortés ingresó a la Policía siendo hombre, bajo la entidad de Fabio Cortés, ella siempre supo que su verdadera identidad era la de una mujer. Cuando se enlistó a la institución lo hizo como auxiliar de policía con el fin de cumplir el requisito del servicio militar al que todos los hombres colombianos mayores de edad están obligados.
Según lo que ella ha dicho en algunas entrevistas, la institución sabía a la perfección sus inclinaciones sexuales y que no le puso problema por eso. No obstante, otra cosa distinta pensaban sus compañeros de servicio, quienes no dudaron en montársela y en hacerle la vida imposible. Una vez cumplió su servicio militar, y se le permitió ascender al rango de patrullero, Cortés cambió su nombre al de Andrea para, de esta manera, finiquitar un cambio de sexo que ya había labrado meses atrás con cirugías y demás procedimientos estéticos que le permitieran lucir como una mujer.
Este trámite se logró en 2017, pero no fue sino hasta el 2018 que la Policía aceptó dicho cambio, un hecho histórico que le valió para convertirse en la primera mujer transgénero en lucir el verde oliva de la institución. A partir de ese año, Cortés tuvo problemas de salud debido a los biopolímeros (una prótesis para agrandar la cola) y, ahora, un nuevo chicharrón le salió a su vida.
Resulta que el pasado 25 de junio, ella y una amiga se acercaron a una droguería a comprar un medicamento para la migraña. No obstante, en medio de esta compra, y según denuncia de la empleada de una droguería de un centro comercial, Cortés habría aprovechado un descuido para llevarse sin pagar una crema para el contorno de ojos.
La denuncia
La denuncia hecha en contra de la patrullera tiene como prueba reina uno de los videos grabados por las cámaras de seguridad del establecimiento. En esta cinta se puede ver cómo la patrullera Cortés entra a la droguería y procede a tomar uno de los medicamentos ofertados en la estantería. Hasta aquí todo normal.
La compra hecha por la patrullera consistía en un medicamento conocido como Migriñol, que sirve para los dolores de cabeza, y una gasa. Una vez elige sus productos, se acerca a la caja a pagarlos.
Sin embargo, una vez la patrullera se acerca a pagar los productos la cajera le ofrece una crema para los ojos que sirve para ocultar las ojeras y la cual, según la versión de la oficial, se encontraba en promoción, dado lo cual decide comprarla. En este punto las dos versiones se cruzan, ya que según denuncia la cajera, la oficial tomó, en medio de un descuido, la dichosa crema pero no la canceló junto a los otros dos productos, cuya cuenta marcó los 130 mil pesos.
La crema, por su parte, costaba 95 mil. Frente a esto, la oficial se defendió diciendo que ella sí pagó la crema y que, si en los videos se le ve a ella empacando unas cosas en la bolsa, es porque a causa del COVID los clientes debían empacar por su cuenta los productos adquiridos.
A un paso de la destitución
La patrullera Cortés se encuentra desde hace dos meses atravesando por dos procesos de investigación, uno de índole penal, frente a la Fiscalía, y otro disciplinario, ante la Policía Nacional. En el primero, todavía no han comenzado las audiencias formales del caso, por cuanto el ente acusador todavía se encuentra evaluando las pruebas y los testimonios en los que, vale la pena aclarar, Cortés ya negó cargos y se declaró inocente.
“El que nada debe nada teme”, ha dicho Cortes a alguno de sus allegados. En cuanto al segundo proceso, hoy se efectuará una audiencia, la cuarta de tres que ya se han celebrado, para ver si la patrullera merece una sanción respecto a su puesto como policía. Una de las más comentadas por los expertos en el tema sería la de su destitución del cargo como patrullera.
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