“A mí me tocó ver todo ese horror. Los dos, víctima y victimario, venían caminando juntos y en un momentico uno sacó un cuchillo y aprovechó que el otro iba a pasar la calle y ahí fue que lo hirió. El pelado caminó hasta un andén y ahí fue cuando llegaron a tratar de auxiliarlo, lo montaron en un taxi y se lo llevaron. Ya iba muy grave, a lo mejor se murió”, le contó a Q’HUBO una comerciante del barrio Versalles, en donde a pocos metros de su negocio un hombre fue asesinado sobre el mediodía de este viernes.
Los hechos…
En el andén se podían leer los movimientos que hizo la víctima tras ser herida de muerte siguiendo el rastro se las gotas en el asfalto. Cuando Émerson Yesid Afanador venía caminando en compañía del hombre que minutos después se convertiría en su asesino, testigos del crimen notaron que discutían airadamente. Algo pasaba entre ellos y el tono de la conversación empezó a cambiar, de las palabras pasaron a la violencia.
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“Cuando venían discutiendo como que el pelado que hirieron no quería seguir peleando y trató de cruzarse de calle, pero en ese momento venía un carro y no alcanzó a pasar, fue ahí que el otro tipo aprovechó que el otro se despistó y le pegó una puñalada en el pecho. Ahí se formó un escándalo y el que hirió al otro se fue caminando como si nada. De lo más normal”, nos contó ayer la vecina en la escena del crimen, mientras nos señalaba el lugar donde Émerson se desvaneció, luego de recibir el mortal ataque en inmediaciones de la Carrera 114A con Calle 22J.
Una mujer vio la escena de terror y se acercó al agonizante hombre para ofrecerle auxilio; no pudo hacer mucho, el herido precisaba atención médica urgente, de tal manera que la mujer se encargó de conseguir un taxi y se fue con el herido camino del Hospital de Fontibón.
A tan solo minutos de su ingreso, Émerson Yesid Afanador fue declarado sin signos vitales. Cuando la Policía llegó al sitio se encontró con un sobre de manila que el occiso llevaba consigo, junto a una mancha de sangre que daba testimonio de la barbarie. A centímetros del sobre estaba el arma homicida.
Según testigos, el occiso, un joven migrante venezolano de 30 años, tendría una relación laboral con su asesino. Al parecer, habían trabajado juntos hasta hace muy poco tiempo. Las autoridades cuentan con un importante acerbo probatorio para esclarecer el crimen debido a la cantidad de cámaras de seguridad que hay en la zona y por el testimonio de varias personas que vieron a los hombres desde que empezaron la discusión, que terminó en el crudo desenlace.
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