Como Erika Vargas fue identificada la motociclista que perdió la vida el pasado 15 de octubre tras haber sido golpeada con la puerta de una camioneta mientras iba conduciendo sobre la Carrera Séptima con Calle 150. Su familia habló con El Tiempo y pide celeridad en el caso.
Según revelaron los dolientes, Erika iba conduciendo su motocicleta camino a su vivienda para descansar, cuando en plena avenida fue sorprendida por el golpe de la puerta de una camioneta, la cual se abrió de manera imprudente y sorpresiva, a tal punto que hizo que la motociclista perdiera el equilibrio y acabara cayendo sobre el asfalto. Segundos después de esta escena, un bus termina arrollándola.
La joven de 20 años no alcanzó a frenar antes de ser golpeada con la puerta, por lo que la primera hipótesis que se maneja es la imprudencia del conductor de la camioneta, quien abrió la puerta sin percatarse si venían vehículos por el costado izquierdo.
Video de cámara fue clave en el accidente donde perdió la vida Erika:
La escena quedó registrada en una cámara de seguridad y el video rápidamente se difundió en redes sociales, en donde se puede observar el instante en que la jovencita se golpea con la camioneta blanca -que no tiene luces de parqueo-, cae de su vehículo y termina siendo arrollada por el bus.
“La niña se dirigía para la casa había un carro parqueado que ni siquiera las luces de estacionar y esta persona no fue capaz de mirar, de verificar que no viniera nadie y simplemente abrieron la puerta”, le dijo a El Tiempo la mamá de Erika, mientras se le quiebra la voz.
Erika, quien iba a cumplir 21 años hoy 23 de octubre, falleció de manera instantánea en el lugar de los hechos, producto de las lesiones que sufrió tras haber sido arrollada por el vehículo de transporte.
Según la madre de la motociclista, era una jovencita estudiosa, juiciosa y que soñaba con sacar su carrera adelante, pues iba en cuarto semestre de arquitectura. “Ella se la pasaba estudiando, haciendo sus maquetas, duraba media hora durmiendo y se iba a la universidad”, agregó.
Lo más doloroso para esta familia ha sido ver que la justicia no avanza, que la investigación está quieta y que no han podido llevar su duelo en paz.
“Nadie nos quiere dar informaron, nadie quiere decir nada sobre el caso de mi hermana, simplemente no sabemos nada”, concluyó, en medio de llanto, la hermana de Erika.
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