La familia Juan Camilo Navarrete denuncia que el hombre presuntamente perdió la vida tras recibir un disparo por parte de un policía el pasado lunes, en medio de un acto de intolerancia. El supuesto agresor fue capturado, pero los allegados esperan que el caso no quede impune.
Esperando que se haga justicia por la muerte de Juan Camilo Navarrete, de 38 años, hoy se encuentran sus familiares. Él falleció a raíz de un disparo propinado, según denuncian, por un agente de la Policía adscrito a la Dijín, en medio de un incidente que se presentó en el barrio Salazar Gómez (Puente Aranda).
En la avenida de Las Américas con carrera 56, Juan estaba junto a un compañero de trabajo frente al edificio donde ambos laboraban, cuando ocurrió un hecho de intolerancia producto de un incidente de tránsito el 23 de mayo, sobre las 6:50 p. m. Juan falleció en la Clínica del Occidente el pasado lunes a las 9:00 a. m.
Hoy su familia espera que las autoridades respondan o, al menos, se pronuncien sobre este atroz homicidio, que dejó a una niña de 16 años y a un niño de 14 sin su progenitor.
Relato de la familia
“Juan estaba descansando del trabajo, él estaba tomando un tinto y cuando iba a entrar al edificio, al pasar la calle un tipo en una camioneta, que venía en contravía y hablando por su celular, le echó el carro encima a él y a su compañero. En ese momento, mi cuñado le reclamó por qué había hecho eso, y ese tipo le disparó de una a la cara”, informó a Q’HUBO Óscar Bernal, allegado al joven fallecido.
Juan, como era de esperarse, se encontraba desarmado y, según relatos de los testigos, el oficial de la Policía, identificado como J. Molina y acusado de dispararle a Navarrete, nunca salió del vehículo.
“Lo que dicen es que ese señor, que le disparó a Juan, lo hizo desde el auto y que intentó esconder el arma entregándosela a la mujer que iba de copiloto. Luego, ese señor intentó escapar y la gente lo paró, porque varios se dieron cuenta que Juan estaba desarmado. Además, luego llegó una moto de la Policía, que estaba escoltando al agresor y que, al parecer, estaba intentando alterar la escena”, agregó Óscar.
En ese instante, Juan fue trasladado a la clínica. Entre tanto, el oficial implicado fue detenido y cobijado con medida de aseguramiento mientras se adelanta el juicio por este hecho violento. A pesar de que este uniformado no aceptó los cargos que en un principio se le imputaron por intento de homicidio, la familia de Juan no ha dejado de clamar justicia, y más aún luego de conocer la versión del uniformado.
“Ese señor decía que mi concuñado lo iba supuestamente a robar, pero es ilógico porque él era trabajador y muy juicioso. Hace solo un año se había ido a vivir a Soacha, a Terreros, y hace diez meses que trabajaba al frente de donde lo mataron. Él nunca se robó ni una moneda, y aparte es muy raro que ese señor que mató a Juan salga como un loco a dispararle a alguien así, y con un arma sin papeles. En la última audiencia, el mismo juez dijo que ese señor estaba intentando manipular la escena. Solo esperamos que se haga justicia y que las autoridades den la cara por este crimen, porque nadie nos ha querido responder o pedir perdón por esto, y menos el señor que lo hizo”, concluyó Óscar.
Q’HUBO intentó comunicarse con las autoridades para obtener información al respecto de este caso, pero no fue posible. Ahora, la familia de este trabajador, que creció en el barrio Berlín (Suba), solo espera que la muerte de Juan no quede impune ni en el olvido.
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