Leidy Daniela Moreno Buitrago, una madre de tan solo 20 años, fue asesinada el pasado lunes por su expareja en el municipio de Tausa (Cundinamarca).
La joven tuvo una relación tormentosa durante varios años con Rubén Darío Gil, quien era el padre de su hijo. Rubén, después de quitarle la vida a Leidy, dejó huérfano a su hijo de escasos 4 años, pues también se quitó la vida.
El infame hecho ocurrió en la mañana del lunes en zona rural de este municipio, ubicado a 62.5 kilómetros de Bogotá, cuando Leidy se encontró con Rubén, quien presuntamente tenía la custodia del menor de edad.
Una voz que no fue atendida a tiempo
Familiares y amigos de Leidy dieron a conocer, a través de redes sociales, las denuncias que ella había interpuesto por las agresiones que sufrió durante su relación con Rubén. Incluso, la madre de Leidy informó a los medios de comunicación que su hija tenía una medida de protección radicada en el municipio de Madrid (Cundinamarca), la cual no evitó que su expareja le quitara la vida.
Según relató la madre de la occisa, el sujeto habría cometido violencia psicológica en contra de Leidy en varias oportunidades, hasta le enviaba mensajes intimidantes a través de las redes sociales, inclusive mucho tiempo después de finalizar su relación sentimental.
Leidy llevaba, al menos, ocho meses separada de este sujeto (de 32 años). Ella llegó a la finca donde vivía Rubén junto a otros familiares, ya que su expareja le había dicho que se encontraran ese día para entregarle a su hijo, de modo que compartiera con él.
Después de que los jóvenes dialogaran por, al menos, 10 minutos, los vecinos se alertaron al escuchar la detonación de un arma de fuego. Al asomarse vieron a Leidy correr despavorida, mientras Rubén le apuntaba por la espalda con una escopeta.
Como si se tratara de su peor enemiga y no de la madre de su retoño, Rubén paró y le disparó en el costado izquierdo a Leidy, causándole la muerte de manera instantánea.
El inocente niño de la pareja se encontraba en una casa cercana junto a otros familiares del hombre, sin entender qué estaba ocurriendo a escasos metros de distancia.
Al ver el cuerpo sin vida de Leidy justo en la entrada de la finca, Rubén corrió a la vivienda y se hirió con la misma escopeta con la que acabó con la vida de la joven. Fue trasladado a los pocos minutos al Hospital La Samaritana del municipio de Zipaquirá, donde falleció horas después la gravedad de la lesión.
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“Cada día matan a una mujer por celos, por obsesión. Ella no merecía eso, solo quería ver a su hijo y no llegó a casa. Cuidemos a nuestras muchachas, valorémoslas cada minuto, cada segundo, porque hoy estamos y mañana, ¿quién sabe?”, agregó una allegada de la joven fallecida, quien solo pide que el niño quede en buenas manos para que este episodio tan traumático sea bloqueado de su mente.
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