La familia de Edwin Arrieta pide que el joven no sea extraditado a España.
Cinismo y descaro son dos calificativos que encajan en las recientes declaraciones que se conocieron de Daniel Sancho, el español de 29 años que este fin de semana confesó haber asesinado al cirujano colombiano Edwin Arrieta en una paradisiaca isla de Tailandia.
Del crimen se siguen conociendo detalles que evidencian la sevicia con la que actuó el chef, quien no solo mató a su pareja sentimental, de 44 años, sino que además la descuartizó.
Ahora las autoridades continúan con la reconstrucción del caso, que será clave para definir el futuro de Sancho.
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Se hace la víctima…
Una de las polémicas declaraciones del chef español, hijo del actor Rodolfo Sancho, vino tras una entrevista que concedió a la agencia EFE, donde indicó que se dedicaba a las relaciones públicas impulsando su marca de cáterin llamada ‘La Boheme’. Aseguró que empezó a hablar con Arrieta de negocios desde Instagram y, posteriormente, se conocieron en España. Por alguna razón, en ese tramo resultaron intercambiándose fotos íntimas, a lo que Daniel Sancho sostiene que el cirujano usó para presionarlo y extorsionarlo. Sin embargo, en la primera declaración de Sancho ante las autoridades, dijo que cometió el homicidio motivado por los celos y el miedo de que Edwin Arrieta lo engañara.
Tejiendo una coartada
De acuerdo con la cronología trazada por las autoridades tailandesas, Daniel Sancho llegó a la isla de Koh Phangan el pasado 31 de julio, según dijo en entrevista, había acordado verse allí con su novia, identificada como Paula, pero posteriormente (el 2 de agosto) llegó a ese mismo lugar el doctor Edwin Arrieta y los dos se hospedaron en el hotel Panviman, bajo una reserva hecha por el cordobés.
De acuerdo con relatos de los familiares del cirujano, ellos tenían una relación desde hace un año y hasta Sancho había estado en Córdoba, incluso, el medio español Antena 3, consiguió la declaración de un amigo del chef que dijo: “la de ellos era una relación que jugaba con mucho sentimiento”.
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Movimientos sospechosos
Al establecer los movimientos de Daniel Sancho en la isla, las autoridades
tailandesas pudieron establecer que el pasado 1° de agosto Sancho compró un set de cuchillos, los mismos que fueron hallados en la escena del crimen, en el hotel Paviman, uno de ellos ensangrentado; también compró bolsas negras y verdes, con las que pretendió deshacerse de su víctima. De acuerdo con la declaración inicial del Sancho, aseguró que él “era el rehén de Edwin” y hasta dijo que Arrieta intentó forzarlo a tener sexo, pero como Daniel no quería, lo empujó y el médico se golpeó accidentalmente con la bañera.
Una fiesta sangrienta
Entre el 2 y 3 de agosto, el poblado tailandés fue escenario de las tradicionales fiestas de Luna Llena, momento en el que Sancho asesinó al doctor Arrieta; sin embargo, para camuflar su delito se acercó a la comisaría de policía de la isla para reportar la desaparición de su amigo, argumentando que la última vez que se vieron fue en un bar cerca al hotel Bougain, donde Sancho tenía una reserva del 1° al 6 de agosto. Un día después, Sancho fue capturado por las autoridades luego de que las autoridades encontraran la pelvis y una pierna en el botadero de basura de la isla.
Posteriormente, Sancho declaró que su víctima fue descuartizada en 15 pedazos, de los cuales al cierre de esta edición encontraron siete, entre esas partes la cabeza del colombiano.
A la ‘Cárcel de la muerte’
Tras haber aceptado los cargos de ‘Asesinato con premeditación’ y ‘Ocultación de pruebas’, Daniel Sancho fue trasladado a la cárcel de Koh Samui, en la misma isla ubicada al sur de Tailandia, donde los prisioneros duermen en el suelo y las condiciones de aseo no son las mejores; sin embargo, tras la condena sería trasladado a la prisión de Bang Kwang, especial para presos extranjeros y que es llamada ‘La cárcel de la muerte’, donde hay sobrepoblación y los presos son encadenados con grilletes y encerrados. Una vez condenado, Sancho tendrá que pasar 4 años en Tailandia ante de poder solicitar un traslado a una cárcel en España, petición que podría ser rechazada por cualquiera de estas naciones.
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