Hace poco se conoció el lamentable asesinato a manos de una banda de ladrones de un querido comerciante de frutas de Corabastos. Danilo Villamil encontró la muerte en una finca en la zona rural del municipio de Jerusalén, Cundinamarca, el pasado viernes. Una semana después del crimen los asesinos siguen libres.

Los hechos…

Ese día, cuando llegó a la finca La Esperanza a comprar una carga de naranjas para abastecer su negocio en la Central de Abastos de Bogotá, Danilo Villamil se encontró con la mala fortuna de que en ese mismo momento y lugar integrantes de una peligrosa banda delincuencial de la zona estaban llevando a cabo un robo.

Los ladrones ya tenían amarrados y encerrados al dueño, a dos trabajadoras y varios trabajadores de la finca. Dos delincuentes armados de pistolas le salieron al paso y frenaron la camioneta donde se movilizaba. Le dijeron que estaban robando el lugar y que ahora él también sería un rehén.

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Danilo activó el freno de mano de su camioneta y, los delincuentes paranoicos, pensaron que iba a sacar un arma del vehículo y respondieron con un disparo.

Como si fuera poco, a las 6 de la tarde de ese día los rehenes fueron sacados del baño y nuevamente fueron atados, esta vez, a unos palos de naranja. Los dejaron ahí y se fueron con su botín: un tractor y varias pertenencias personales de los trabajadores del lugar.
La policía llegó al lugar solo hasta que el esposo de una de las mujeres retenidas llegó a la finca y se percató de la situación.

Sobre las 7 de la noche, 3 horas después de que le dispararan, Danilo seguía consciente. A los demás rehenes los obligaron a tomar una bebida a la que le mezclaron una sustancia que los mantenía adormecidos. A Danilo, entre tanto, no le dieron nada y hasta ingresó caminando al Hospital del Tocaima.

Presunta negligencia…

Una vez allí, un allegado de Danilo nos contó ayer que “la atención no fue la mejor. Mientras Danilo era atendido le asignaron una cama para que descansara mientras le daban ingreso. Presuntamente, por la gravedad de su herida, el paciente no podía permanecer acostado por el peligro de ahogamiento. Y fue lo que sucedió”.

Él no alcanzó a ser intervenido y murió a los pocos momentos de llegar al hospital. El allegado agrega que, “según la autopsia, el cuerpo presentaba dos disparos cuando en realidad fue uno, no sabemos por qué dijeron eso y exigimos una explicación”.

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