La tarde del sábado fue angustiosa para los residentes de un conjunto residencial en Soacha. Iban a ser las 3 de la tarde cuando una joven, de 20 años, cayó repentinamente del décimo piso del edificio en el que vivía con unos compañeros.
Aún no se sabe qué ocurrió al momento de la caída, ya que no hubo ninguna persona que pudiera haber visto los últimos segundos con vida de Natalia Lucelly Espinosa Ramírez.
De acuerdo con los relatos de los vecinos, la joven cayó poco después de haber llegado de divertirse y las últimas personas que la vieron fueron un muchacho que vive con ella y otras personas que estaban en la vivienda.
Mientras se esclarece todo, la impresión de este triste suceso sigue perturbando las memorias de los residentes del conjunto Ocaña II.
Un final anticipado…
Siguiendo las declaraciones de las últimas personas que estuvieron con ella, la muchacha habría estado horas antes en compañía de allegados, con quienes se tomó unas ‘polas’. Entre ellos estaba un muchacho, con el que ella vivía y fue con quien llegó al conjunto ubicado sobre la Calle 30 sur con Carrera 1.
Es extraño, pero Natalia al llegar entró a su cuarto para tomar reposo. Pasaban los minutos y algo le empezó a extrañar a su compañero de apartamento, porque fue a buscarla pero ella no respondía.
El joven entró al cuarto y vio la ventana abierta; al asomarse el cuerpo de Natalia estaba tirado en el primer piso. Un inmenso dolor atravesó a los que estaban dentro del apartamento.
Unidades de criminalística de Soacha levantaron el cadáver y tomaron los testimonios y pruebas pertinentes. No es claro si ella cayó accidentalmente o saltó de manera intencionada, lo cierto es que dejó un gran vacío entre los suyos.
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