Luego de que Gabriel Enrique González Cubillos aceptara haber asesinado a sangre fría a su propio hijo, el pequeño Gabriel Esteban de tan solo 5 años, hallado sin vida al interior de un hotel en Melgar el pasado 5 de octubre, confesó cómo llevó a cabo el atroz hecho.
Gabriel Enrique, con total calma y cinismo, relató paso a paso cómo asesinó a su hijo y confesó por qué lo hizo, al mismo tiempo que en su rostro no se asomaba ni una pisca de arrepentimiento.
Primero, el homicida confesó que tenía planeado el crimen desde hacía varias semanas porque quería vengarse de Consuelo Rodríguez, su expareja y madre de su hijo, ya que ella, presuntamente, había iniciado una relación sentimental con otra persona.
“Antes de llevarme el niño, me metí al baño de la casa de Consuelo y dejé la USB con el video, escondida para que no lo encontrara tan fácil. En ese video le decía que iba a matar al niño y luego me suicidaría”, comenzó su relato.
González Cubillos dijo que sabía que su crimen debía hacerlo un fin de semana que tuviera permiso de llevarse al niño para poder alejarlo de todos aquellos que pudieran intervenir y defenderlo. Además, dijo que había grabado todo en las USB y que le dijo a su ex que las buscara ya cuando él estaba en Melgar.
“La llamé y le dije que buscara, que le advertí y no hizo caso, ahora ella también sería responsable”, le dijo Gabriel a los investigadores.
Con el pasar de los minutos su confesión se hacía más dura y estremecedora. El asesino confesó que esperó a que el niño se durmiera para poder asfixiarlo con una almohada.
“Lo asfixié con la almohada de la habitación y tuve que usar todo el peso de mi cuerpo, porque el niño intentó defenderse”, dijo con total calma.
Posteriormente, dijo que permaneció tres horas con el cuerpo ahí, dando vueltas por la habitación y pensando cómo quitarse la vida, pues ese era su plan inicial, por lo que buscó la manera de colgarse en el baño pero no pudo.
Después dijo que se tomó cerca de 40 pastillas pero que estas no le hicieron nada: “Lo asfixié con la almohada de la habitación y tuve que usar todo el peso de mi cuerpo, porque el niño intentó defenderse”, manifestó.
Cuando los investigadores escucharon este relato, le preguntaron al homicida si estaba arrepentido o sentía algún tipo de dolor, pero él dijo que no, que nunca ha sentido tristeza ni dolor, ni siquiera con la muerte de su mamá.
“No siento nada. Cuando murió mi mamá, no sentí nada. Cuando falleció mi papá, tampoco. Después de algunos días me puse mal, pero ahora mismo no siento nada”.
concluyó el criminal.
Elija a Q’HUBO Bogotá como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí.
¿Qué tal le pareció este contenido?
¡Haga clic en una estrella para puntuar!
Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0
Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sea el primero en puntuar este contenido.