Un violento inicio de jornada tuvo lugar este domingo en el barrio La Rivera (en Kennedy), cuando Carlos Enrique Martínez del Vecho, un humilde vendedor informal, fue asesinado mientras sacaba a la calle su carrito ambulante.

Los hechos alrededor de este crimen son un misterio para las autoridades y para los residentes de la calle en donde se perpetró el asesinato, pues la víctima no vivía allí, tan solo guardaba y sacaba su puestico ambulante todos los días a la misma hora. 

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Martínez del Vecho era de nacionalidad venezolana y, según algunos vecinos de la zona, atendía un carrito de comidas rápidas en el sector. Aunque muchos afirmaron verlo siempre rebuscándose lo del diario, nadie fue testigo de que protagonizara algún problema antes de su crimen.

Un disparo… 

El atroz crimen de Carlos se remonta a la mañana del domingo, cuando el muchacho de 24 años se levantó muy temprano, antes de las 7, se alistó y salió como todos los días a trabajar y rebuscarse lo del arriendo y lo de sus comidas.

Dicen que como de costumbre, arribó a las 7:00 a.m. a la vivienda donde guardaba su herramienta de trabajo, ubicada en la Carrera 94 con Calle 42B Sur, saludó a un inquilino y entró al garaje, pero cuando estaba arrastrando el vehículo a la calle, se topó con su verdugo.

Tal como pudo conocer Q’HUBO en el lugar de los hechos, Carlos sostuvo una acalorada discusión con un misterioso sujeto, quien preciso iba pasando por ahí en ese momento.

 Tras un intercambio de palabras, el homicida -que no ha sido identificado por las autoridades- le habría disparado a Carlos a traición a la altura de la cabeza, acabando de manera inmediata con su vida.  

“El muchacho estaba sacando el carro, tiene una pelea de palabras con otra persona que no vemos, porque solo escuchamos los gritos. Cuando se callaron, pensamos que todo había terminado, pero no fue así. El otro tipo, sin ningún repudio, sacó el revólver y le disparó por la espalda”, le relató a Q’HUBO una vecina de la zona.

Las autoridades se negaron a dar detalles sobre el crimen, al cual únicamente catalogaron como un “acto de intolerancia”. No obstante, por la naturaleza de los hechos no se descarta un posible ajuste de cuentas entre la víctima y el homicida. 

“El chico ponía su carrito acá la vuelta de la cuadra y salía todos los días, así lloviera. Nunca se le vio involucrado en malos pasos. Vaya uno a saber por qué ese man lo cogió entre ojos y lo mató”, contó otro comerciante.

Las autoridades tendrán que apelar a las cámaras de la zona para terminar de reconstruir los hechos e identificar al asesino y su ruta de huida, imágenes que darán mayor claridad sobre este oprobioso crimen. 

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