Ya le tenían el ojo puesto y los agresores no tenían ni la más mínima intención de fallar. Y así fue, a la víctima le propinaron cuatro tiros en la cabeza, uno de estos impactó su rostro.
Después de una ajetreada noche de Halloween, un hombre se dirigía a su domicilio, ubicado en la Carrera 120 con Calle 73A. Una vez se bajó del vehículo en el cual se movilizaba, tan solo dio tres pasos antes de que sus verdugos abrieran fuego y lo acribillaran.
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Balas a quemarropa…
Eran las 3:40 a. m. de ayer cuando varios disparos irrumpieron en la silenciosa calle del barrio Unir II (Engativá). Dos desconocidos atentaron contra la vida de un muchacho que fue identificado como Lainos Enrique Herrera.
“Se oyeron varios totazos, pero ya cuando nos asomamos solo pudimos ver a un muchacho tirado en la calle. Solo se le veía sangre en la cabeza”, aseguró una vecina de la zona, quien fue despertada por los repentinos impactos de bala.
La víctima llegó en una camioneta Duster 4×4 acompañado por tres mujeres, quienes clamaron ayuda una vez fue perpetrado el ataque sicarial. A pesar de sus gritos desesperados, no fue posible esquivar la inevitable tragedia. Las heridas fueron certeras y Lainos no aguantó.
El levantamiento del cadáver se realizó en horas de la mañana de ayer y en el piso quedó plasmada la sevicia que usaron los asesinos para cumplir con su objetivo.
¿Qué se sabe de la víctima?
Lainos Enrique Herrera Pérez era un joven venezolano de 23 años de edad, trabajaba en una pollería de Engativá y antes se desempeñó como bicitaxista.
Se desconoce si tenía antecedentes judiciales que pudieran relacionarse con su crimen. No obstante, las autoridades no descartan un posible ajuste de cuentas o una venganza, pues por los móviles del hecho es lo que tiene más sentido.
En las últimas horas, Q’HUBO pudo conocer que Lainos también se habría desempeñado como mecánico de moto taxis en un taller de la misma localidad de Engativá.
El perfil de Lainos ahora está bajo investigación para establecer qué tipo de amistades tenía y si, en efecto, se relacionó con personas inescrupulosas que provocaron este terrible final.
Las cámaras de seguridad de la zona serán claves para identificar a los maleantes y ver la ruta de escape que tomaron una vez lograron su objetivo.
Ahora los dolientes de Herrera Pérez tendrán la tortuosa labor de viajar a la morgue de Medicina Legal de Bogotá para presentar los respectivos documentos, y así poderle dar digna sepultura al muchacho, quien llegó a nuestro país con el sueño de sacar adelante a sus seres queridos.
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