Impotencia, rabia y tristeza, son quizás algunos de los sentimientos que en estos momentos sienten los familiares y allegados de Reinaldo Cruz Cruz (46 años), un hombre que falleció luego de haber estado batallando en un centro médico tras haber recibido un impacto de arma de fuego al defender a una mujer de un hurto en el barrio Tunal el pasado 15 de octubre.
“A él lo trasladaron al Hospital Tunal, donde lo lograron estabilizar. Nos dijeron que su hígado quedó totalmente destruido, le empezaron a hacer transfusión de sangre, los tres primeros días no la aceptó la transfusión. Él duró 15 días en una UCI, era un paciente crítico hasta el día que nos dijeron que se estaba complicando más, porque su cuerpo no aceptaba los medicamentos, su cuerpo estaba agotado, y nos indicaron el 29 de octubre que en cualquier momento podía fallecer y así ocurrió al siguiente día”, relató en medio de su dolor Adriana.
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Infame acabó con su vida
Reinaldo un maestro de obra a quien su familia describe como un héroe, fue víctima de la delincuencia que azota las calles de la capital. El pasado 15 de octubre junto con su hermano llegó a trabajar a una obra en la calle 48 a sur con carrera 25. A eso de las 2:37 p.m., unos sujetos en moto que al parecer llevaban merodeando el sector se detuvieron en la cuadra, y el parrillero se bajó y se dirigió hacia una mujer que estaba en un vehículo, para robarle sus pertenencias.
Reinaldo, su hermano y otras personas, al ver la escena, no lo pensaron y decidieron intervenir para defenderla y frustrar el atraco. En medio de la situación, el criminal, de manera despiadada, le propinó el tiro en el abdomen a Reinaldo, dejándolo gravemente herido.
A él lo trasladaron en un taxi hasta el Hospital Tunal, donde les indicaron que el proyectil había salido por su espalda, pero había causado un gran daño en su hígado. Los criminales huyeron en la motocicleta y aunque la Policía fue alerta y llegó al sitio, dice la familia que no se hizo alguna acción para dar con los ladrones en ese momento.
“Era maestro de obra, iban a iniciar en ese punto el trabajo. Siempre se dedicó a eso, tenía una hija. Él vivía en Bosa Recreo con su esposa desde hace 23 años. Siempre tenía una sonrisa, murió siendo un héroe, siempre estuvo para servir a los demás.
Por ahora, mientras la familia de Reinaldo se encontraba en sus exequias ayer, e intentan sobrellevar el dolor por su perdida, piden a las autoridades que el caso no quede impune y que los responsables paguen su infame crimen.
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