¡Inaudito caso de robo en Soacha! Un comerciante denunció que la madrugada de este martes, cuando se disponía a empezar su jornada laboral, fue interceptado por, al menos, ocho sujetos vestidos de policías, quienes le manifestaron que se encontraban en el sitio para llevar a cabo un allanamiento. 

El hombre, respetuoso de la autoridad, pensó que se trataba de un malentendido y se mostró colaborativo. Lo que sucedió después fue que los supuestos uniformados lo golpearon, lo amarraron junto a su esposa y su hijo y le robaron dinero en efectivo y elementos de valor que suman entre 12 y 13 millones de pesos. Q’HUBO habló con la víctima, a quien no identificaremos por razones de seguridad. Esta es la historia.

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Los hechos

“A las 3:20 de la mañana yo me estaba disponiendo para empezar mi rutina de trabajo, que consiste en ir a comprar frutas y verduras, y después regresar para surtir acá en Soacha. Cuando abrí la puerta de mi casa me encontré con un policía. Me pareció raro, pero el tipo me habló muy decente, entonces en un principio no le vi lío. Luego me dijo que venían a hacer un allanamiento y de un vehículo plateado, que estaba parqueado en frente de la casa, se bajaron otros 3. Yo les dije que claro que sí, que procedieran, pero que antes me dejaran ver la orden de allanamiento”. 

“Cuando les pedí la tal orden empezó el martirio: de una vez me dijeron que eran de la Sijin, me empujaron y me golpearon. Yo quedé sentado en las escaleras, me pusieron la pistola en la cabeza y ahí fue que los tipos entraron. Luego, me amarraron y siguieron con mi familia”, le dijo ayer a Q’HUBO el comerciante víctima desde una calle del barrio San Nicolás, donde sucedieron los hechos.

Una vez los ladrones vestidos de policías ingresaron a la vivienda, valiéndose de amarraderas plásticas, ataron a padre, madre e hijo de las manos. Mientras unos golpeaban a los hombres atados intentando sacarles supuesta información sobre un millonario botín, los demás ‘oficiales’ desocupaban la casa.

“Se llevaron un gato hidráulico, me sacaron dos alcancías casi llenas, se llevaron dos taladros, una pulidora e incluso de un local que tenemos acá arrendado se llevaron carne, golosinas y demás mercancía de ese lugar. Sumado a eso, me quitaron toda la plata que llevaba para hacer mis compras diarias y luego surtir mi local. Calculamos que perdimos unos 13 millones de pesos”, nos contó en la mañana de ayer la víctima, mientras nos indicaba las posiciones que tenían los ladrones en el momento que ingresaron a la casa.

“¡Tenían hasta bolillo!”

“Si yo veo que los hampones son civiles es muy diferente, uno puede resistirse o puede simplemente dejar que todo pase para preservar su vida; pero como venían vestidos así uno queda absolutamente indefenso. Me sentía como desnudo. Además, iban perfectamente uniformados: tenían chaquetas con insignias, tenían botas, cachuchas, cascos, pistolas, cinturones, ¡es que hasta bolillo tenían! ¿Qué hace uno ahí?” continuó la víctima con su relato.

El atraco duró cerca de dos horas, tiempo en que la víctima y su hijo fueron amenazados, encañonados y golpeados en repetidas ocasiones.

Cuando los bandidos se fueron con su botín, la víctima alcanzó a identificar el vehículo donde se movilizaban los ladrones vestidos con el uniforme verde fosforescente de las autoridades.

Llama la atención la relativa facilidad con la que estos uniformes se consiguen en ciertas zonas de la ciudad, sin un tratamiento de seguridad efectivo que eviten este tipo de actos criminales.

Las autoridades se encuentran analizando minuciosamente las cámaras de seguridad instaladas en el vecindario para establecer la ruta de escape y si hay complicidad de más personas en la comisión del ilícito.

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