Hay incertidumbre, desconcierto y tristeza entre los vecinos del barrio Jackeline de la localidad de Kennedy, tras el infame asesinato de un suboficial pensionado de la Armada Nacional. Su cuerpo fue hallado sin vida al interior de su vivienda en horas de la tarde de este domingo.
“Los hechos se presentan en el barrio Jackeline, de la localidad de Kennedy. Inicialmente, el hecho se conoce porque un ciudadano llega al CAI Socorro e informa que encuentra a su padre boca abajo en una cama”, informó el teniente coronel Óscar Javier Rodríguez, oficial de guarnición de la Policía de Bogotá.
En investigación
Según se ha podido conocer sobre este hecho violento que enluta a una familia y a los allegados del suboficial. Eran alrededor de las 6 de la tarde cuando el hijo de la víctima llegó angustiado a la vivienda en la que su progenitor vivía en la carrera 78 d con calle 47 a sur con la esperanza de saber por qué no le respondía las llamadas.
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“Lo que dicen es que el hijo lo había estado buscando como desde el sábado, pero que el señor no respondía y pues por eso se vino a ver qué le había pasado”, contó un vecino de la zona.
Cuentan que el familiar ingresó al inmueble, pero que lamentablemente se llevó la dolorosa escena de ver a su padre sin signos vitales en la cama y con signos de violencia.
“Informó que su padre estaba con amarres en sus extremidades inferiores y superiores, se verifica que al lado del cuerpo se encuentra un martillo y un arma cortopunzante, al parecer utilizados por el victimario”, agregó el oficial de la Policía Metropolitana de Bogotá.
De acuerdo con los familiares de la víctima, el hombre era pensionado de la Armada Nacional. Por el momento las autoridades se encuentran recolectando videos de las cámaras de seguridad y testimonios para esclarecer el asesinato y dar con los responsables. De otro lado, informaron que posiblemente habrían acabado con su vida por hurtarle un dinero producto de su sueldo.
Por su parte la comunidad lamentó el atroz crimen y recordó a la víctima como “una buena persona que no se metía con nadie”.
“Él vivía solo en un primer piso si no estoy mal, dejaba la puerta abierta por sus dos perritas, las amaba mucho, era de quitarse su chaqueta y ponerla en el suelo para que ellas estuvieran cómodas, mientras él se toma algo en la tienda”, contó la comunidad.
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