La víctima recibió dos puñaladas en hechos ocurridos en el barrio Carlos Albán de la localidad de Bosa.
La familia Guauque hoy atraviesa un doble luto por hechos aislados, pero igualmente dolorosos e inexplicables: el más reciente fue la muerte de Raúl, quien en la noche de este sábado llegó junto a su hijastro al barrio Carlos Albán, de la localidad de Bosa, tras darle el último adiós a su mamá, una mujer de la tercera edad a quien se le apagó la vida y cuyas exequias se realizaron ese día.
Antes de llegar a su casa, Raúl y su joven hijastro entraron a una tienda ubicada cerca a la Transversal 79D con Calle 72 sur; allí algunas personas hablaban de uno de los partidos de fútbol que se disputó.
Eran las 9:30 de la noche y, por alguna razón, el joven que acompañaba a su padrastro entró en discusión con otra persona, quien de inmediato sacó un objeto cortopunzante con la intención de agredir al menor.
Raúl intentó tranquilizar la situación, pero recibió dos puñaladas letales por parte de su agresor: una a la altura del cuello y otra en el pecho.
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“Nosotros estábamos viendo televisión a esa hora y escuchamos un alboroto en la calle, la verdad uno trata de no salir muy tarde para evitarse problemas y por eso ni nos asomamos, pero cuando menos escuchamos el ruido y vimos por la ventana las luces de la Policía y era que estaban acordonando la cuadra”, indicó una testigo, sorprendida por el terrible suceso.
El hombre de 44 años quedó tendido en la calle aún con vida y fue auxiliado por varias personas, quienes lo subieron en un taxi junto a su hijastro y lo trasladaron al Hospital de Bosa en un intento desesperado por salvarlo de la brutal agresión. Sin embargo, al llegar al centro asistencia Raúl ya no tenía signos vitales, todo por una absurda discusión.
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Atacante en libertad
Después de cometer el vil asesinato de Raúl, el atacante, salió de la tienda con rumbo desconocido y poco le importó dejar a su suerte a su pareja sentimental. “La Policía llegó y acordonó la cuadra, en ese momento retuvieron a una muchacha y ahí fue cuando se presentó el que había apuñalado al señor”, confirmó una testigo de los hechos.
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El hombre fue trasladado a la estación de Bosa, donde horas más tarde fue dejado en libertad ya que no había sido capturado en flagrancia, por lo que no se podía legalizar el procedimiento.
La única opción es que la Sijín de la Policía, organismo que asumió la investigación de este homicidio, pronto reúna los elementos materiales probatorios y lleve ante la justicia a este intolerante que cegó la vida de un padre, hermano e hijo.
Justicia es lo único que piden ahora los Guauque que despiden con dolor e incertidumbre a su hermano y su mamá.
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