Las marcas de la tarde violenta que se vivió el martes en la Carrera 10 con Calle 8 sur quedaron sobre las escaleras donde dos hombres lincharon a un pelado de 20 años hasta la muerte, después de cometer un supuesto hurto.

A las afueras de un supermercado ocurrió este episodio de justicia por mano propia, una situación atroz para quienes presenciaron lo que sucedió sobre la 1 de la tarde de este martes en el barrio Quinta Ramos (San Cristóbal). Las agresiones eran tan violentas que ni los llamados de auxilio de los vendedores informales pudieron detener la furia contenida del conductor robado, lo cual desató la desazón.

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Raponazo y persecución

Mientras un ‘jalador’ de carros se hacía sus monedas y los vendedores de las afueras de la estación de TransMilenio Ciudad Verde ofrecían cigarrillos, algunos vieron que “un pelado se acercó hacia un bus que estaba esperando el cambio del semáforo, se encaramó y le rapó el celular. En ese momento hubo gente que gritó: ‘¡Cójanlo!’, y un señor de otro carro se bajó a perseguirlo. El tipo pegó el pique para agarrar al pelao”, le describió ayer a Q’HUBO un testigo.

Cuentan que de un vehículo particular descendió un hombre que corrió como alma que se lleva el diablo. “Lo correteó unas dos cuadras y en la esquina, unas personas detuvieron al pelado, porque la gente seguía gritando que lo cogieran”.

Entonces, el tipo del carro lo alcanzó y al llegar la gente ya estaba dándole calvazos al muchacho. El conductor lo agarró de un brazo y se llevó al muchacho hasta la esquina de la carrera Décima. Allí los implicados esperaron a la Policía. Pero no contentos con eso les ganó la furia y agredieron al joven hasta matarlo.

Golpiza, auxilio y muerte

El celular robado ya estaba roto cuando sentaron al joven venezolano, señalado del hurto, en las escaleras del supermercado. A plena luz, el conductor, víctima del robo, y el testigo que persiguió al joven comenzaron a darle patadas sin contemplación.

“¡Se está haciendo!”, cuentan que decía uno de lo hombres que golpeaba al muchacho. Otro comerciante llegó y dijo: “¡ya dejen al chino! ¿No ve que tiene las costillas rotas?”, y en ese punto empezaron a calmarse. Pronto llegó el cuadrante del CAI Distrital, ubicado en la cárcel que lleva el mismo nombre.

En una patrulla se llevaron al muchacho al Hospital San Blas, donde murió y nadie pudo si quiera conocer su nombre. El cadáver del joven quedó como CNI (cuerpo no identificado) en las instalaciones de Medicinal Legal, donde sigue a la espera de que sus allegados lo reconozcan. Los implicados en la golpiza al final rindieron declaratoria ante las autoridades y falta ver si tendrán que responder por la muerte de este muchacho, con quien no tuvieron piedad. Algunos mencionaban aterrados “eso tampoco es justicia”.

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