Carlos Eduardo Rojas Espinel estaba acomodando unos petacos de cerveza en una gallera en el momento que recibió un disparo mortal sobre la madrugada de este lunes, en hechos que aún son materia de investigación por parte del CTI de la Fiscalía y la Policía de Sasaima, municipio de Cundinamarca a dos horas de Bogotá.
Por ahora, la única pista que tienen los peritos forenses para esclarecer tan espantoso crimen es el testimonio de su esposa, quien comentó que ella y Rojas Espinel se encargaban de administrar la gallera ‘Donde Cabullo’, en la vereda Loma Larga del mencionado municipio cundinamarquez.
El hombre se encontraba adelantando sus labores en un rincón del negocio, cuando de repente su mujer escuchó un tote hacia las 2:30 de la madrugada. El ruido fue similar al de la mecha que explota en un campo de tejo; sin embargo, su sorpresa fue mayor cuando buscó con la mirada a su compañero de vida y lo encontró tendido en el suelo con una herida producida por un arma de fuego.
No hubo posibilidades de trasladar a Carlos Eduardo a algún centro médico, el tiro fue certero y produjo la muerte del hombre en el negocio, pero hasta el cierre de esta edición las autoridades no habían logrado establecer ni el origen del disparo, ni el arma con el que se ejecutó el mismo; de hecho, se desconoce si se trató de un ataque intencionado o si la muerte de Carlos Eduardo es más producto de uno de esos infames tiros al aire.
En medio del dolor, la viuda se encuentra preparando las honras fúnebres de su esposo, nacido en Garagoa (Boyacá), con quien vivía en la vereda Limonal, de Sasaima, donde la comunidad se ha acercado para expresar su rechazo al crimen y exigir resultados con prontitud de las autoridades.
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