Un aire de conmoción y tristeza soplaba ayer por una cuadra comercial del barrio San Carlos Tibabuyes, en la localidad de Suba, en reacción a la muerte violenta de un reconocido vecino y comerciante, cuya familia tiene una tienda al lado de la casa donde fue hallado muerto al lado de su pareja sentimental. Ella también se encontraba gravemente herida y sobrevivió a pesar de haber recibido un disparo en su cabeza.
Todo lo que sucedió dentro de la vivienda ubicada sobre la Calle 143A con Transversal 138 está lleno de confusión y vacíos. Lo que saben los vecinos es que después de la medianoche de ayer retumbaron una serie de disparos en uno de los apartamentos de una vivienda de cuatro pisos, perteneciente a un comerciante de la cuadra.
Las unidades del CAI Gaitana fueron los primeros en ser avisados de la emergencia. Al llegar la puerta del inmueble de donde provinieron los tiros estaba cerrada y con seguro, razón por la que las autoridades tuvieron que forzarla para poder entrar.
Al subir a uno de los apartamentos encontraron una terrible escena de muerte: el señor Ómar Yesid Aldana, de 49 años, tenía un disparo en la cabeza y ya no tenía signos vitales; mientras que su pareja sentimental, la señora Blanca Rocío Silva Villa, de 46 años, tenía también una bala en la cabeza pero estaba consciente.
Pasión y muerte…
Un laboratorio del CTI arribó a la dirección para sacar el cuerpo de Ómar, mientras una patrullaba escoltaba el vehículo en el que la señora era trasladada a un hospital cercano donde atendieron su herida. Ella fue estabilizada.
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De acuerdo a las versiones de la policía todo ocurrió en medio de una acalorada pelea de índole pasional: “Una patrulla acude a una residencia en la cual al hacer la verificación se encuentra a un masculino sin vida y una señora con una lesión en la cabeza, también con arma de fuego. Se encuentra también un arma de fuego, por ahora se cree que fue un tema pasional”, declaró el coronel Salvador Mesa, oficial de inspección de la Metropolitana.
En la escena los inspectores hallaron una pistola de marca Walter calibre 7.65, la cual fue disparada por uno de los cónyuges, solo que los detalles de quién disparó a quién siguen siendo parte del misterio que envuelve este caso.
A pesar de esto, las autoridades dejaron indiciada a la señora Rocío, quien es aseadora. Algunos allegados de las víctimas comentaron que, al parecer, la pareja ya había tenido ciertas disputas que acababan en amenazas por disgustos de la relación, pero nadie nunca creyó que llegaran a consumarse dichas tentativas. La sobreviviente quedó como indiciada y deberá rendir indagatoria al ente investigador, y entregar la versión de lo que ocurrió en aquel arrebato destructivo de pasión.
El señor Ómar tenía un hijo que lamentó la tragedia y despidió a su padre después de este delicado episodio de violencia intrafamiliar: “Vuela muy alto mi angelito, gracias por todas tus enseñanzas, siempre te recordaré con amor. Me quedé solito mi tigre. Fuiste el mejor hombre que pude conocer. Que Dios te guarde”.
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