A veces los padres de familia les dejan a sus hijos el celular para que jueguen, pero hay casos como el de Kelsey Golden, una estadounidense que recibió en su casa a un domiciliario con el pedido de 31 hamburguesas con queso. Aunque ella aseguraba que se trataba de un error, al revisar su celular se dio cuenta que su hijo, de tan solo 2 años, había hecho el pedido y, para rematar, le dejó una generosa propina al empleado de la cadena.
Al no saber qué hacer con tanta comida, abrió una página de Facebook para ofrecerlas gratis. En total, pagó 91,70 dólares (cerca de $365.00) por el “chistecito”.
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