Ian Morris es un británico que, debido a una condición genética, sufre de una enfermedad que le hizo perder la visión. Sin embargo, esta situación no le quitó las ganas de salir adelante y por eso decidió retomar el ejercicio.
Para su fortuna cuenta con una gran compañía, Millsey, su perro de raza Golden Retriever, quien lo acompaña a diario al gimnasio.
La libertad de independencia de trabajar con Millsey significa que estoy mucho más capacitado para salir de allí. Con el GPS en mi teléfono y Millsey en mi mano izquierda, prácticamente no hay ningún lugar al que no podamos ir”, dijo orgulloso en una entrevista.
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