En los Juegos Olímpicos de París 2024, hay una estrella que no necesita medallas ni competencias para brillar. Su nombre es Beacon, un golden retriever de cuatro años que ha capturado los corazones de la delegación estadounidense y de todos los que han tenido el placer de conocerlo.
Beacon es el primer perro de terapia oficial del equipo de gimnasia de Estados Unidos. Su inclusión en el equipo no es solo una novedad, sino una innovadora estrategia para abordar el bienestar emocional de los atletas. Adoptado por Tracey Callahan Molnar, exentrenadora de gimnasia, y con el programa de terapia con perros impulsado por Carolina Hunt, vicepresidenta del programa de gimnasia rítmica de ‘USA Gymnastics’, Beacon ha sido recibido con entusiasmo en la Villa Olímpica y en los escenarios de competición.
Los atletas lo describen como un recurso valioso que alivia el estrés y la ansiedad asociados con la alta presión de las competiciones. Su función principal es proporcionar consuelo y distraer a las gimnastas entre competencias, un papel crucial que ha demostrado ser especialmente beneficioso para figuras como Simone Biles, quien regresó a los Juegos Olímpicos tras un tiempo fuera por razones de salud mental.
Más allá de su rol terapéutico, Beacon ha conquistado el público con su ternura y energía. Su cuenta de Instagram, que cuenta con más de 26,000 seguidores, muestra al perro jugando con su pelota verde y disfrutando de momentos de relax. Aunque Beacon no viajó a París, su influencia ha sido notable, convirtiéndose en una figura emblemática del equipo de gimnasia rítmica estadounidense.
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